Banca y finanzas

CatalunyaBanc tantea a las entidades para vender en lotes 200 sucursales

  • Este proyecto ha supuesto ya el cierre de unas 110 oficinas

CatalunyaBanc ha puesto en marcha la maquinaria para vender la red de sucursales fuera de Cataluña al margen de su subasta y evitar así su cierre. La entidad está tanteando ya el mercado para comprobar el interés de los potenciales compradores -a priori entidades sanas- para llevar a cabo el troceo.

En la actualidad la nacionalizada cuenta con casi 200 oficinas -en concreto, 196-, después del ajuste efectuado a finales del año pasado en el marco del plan de reestructuración de plantilla. Este proyecto, obligado por Bruselas a cambio de las ayudas, ha supuesto ya el cierre de más de unas 110 oficinas. A lo largo de este año tiene que deshacerse de las que aún dispone o liquidarlas.

La red más relevante y atractiva se encuentra en Madrid y la Comunidad Valenciana, con 75 y 56 oficinas respectivamente. En Andalucía, otra de las zonas de expansión de la entidad catalana en la época del boom, apenas tiene ocho centros tras el recorte realizado entre octubre y noviembre.

Limpieza del balance

Hace más de un año la entidad puso a la venta la red de fuera de Cataluña. Los posibles compradores desistieron. En la actualidad la situación ha cambiado, ya que no sólo se ha producido ya un ajuste de las menos rentables, sino que el negocio podría ir limpio de morosidad, ya que en paralelo la entidad podría abrir un proceso similar para las carteras de préstamos fallidos y morosos tanto en la región de origen como en el resto de España. Algunas fuentes sostienen que el volumen de estos créditos podría alcanzar los 8.000 millones y podría colocarse entre fondos de inversión.

Esta limpieza del balance facilitaría la subasta de la entidad antes del verano, es decir, los activos bancarios estratégicos en Cataluña. En esta comunidad, la entidad nacionalizada dispone de unas 820 oficinas, de las que tendrá que cerrar unas 140 en su zona de influencia.

Venta por partes

El Frob está diseñando esta venta por partes de la entidad con el objetivo de evitar nuevas ayudas públicas y conseguir a la tercera su privatización. Tanto el Gobierno como el Banco de España son conscientes de que no pueden fracasar en esta operación tras las dos paralizaciones de la puja y que tampoco pueden conceder recursos millonarios a los compradores por las presiones de Bruselas y los 12.000 millones ya inyectados en CatalunyaBanc. En esta especie de troceo también hay otros activos que irán al margen de la subasta, como la gestora de fondos y planes de pensiones.

En la crisis, sólo el Sabadell y Banesco han comprado redes de surcursales, a BMN y Novagalicia.

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