La financiación al consumo y en las tiendas sufrió un revés el año pasado. La nueva concesión en financiación se redujo un 2,2% interanual, hasta 28.511 millones de euros, lastrado por un retroceso del 5,4% en la nueva producción del crédito al consumo (fueron 26.460 millones).
Son datos de la Asociación Española de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef), que atribuye el retroceso, el primero desde el año 2020, al "contexto económico y geopolítico actual, marcado por la inflación, la menor capacidad adquisitiva y la incertidumbre".
La actividad de las financieras se vio también presionada por la fuerte subida de tipos, ya que no pueden repercutirlas en los precios de los créditos concedidos a clientes como ocurre con las hipotecas y sí sufren el tener que fondear los recursos para prestar a un coste superior.
"El continuo vaivén de las economías deriva en un endurecimiento de las condiciones de créditos y préstamos. Eso, unido a la desconfianza de los consumidores ante la incertidumbre, ha hecho de 2024 un año difícil para los servicios de financiación", resumió el presidente de Asnef, Fernando Casero.
Las operaciones donde sí creció la financiación nueva fue en las operaciones inmobiliarias y la financiación de bienes de equipo, que crecieron un 108% y 15,2%, respectivamente.
Pero dentro de las categorías de crédito al consumo se contabilizaron descensos acusados en algunas modalidades: la mayor caída se dio en los créditos revolving, de un 9,1% y hasta los 14.463 millones; mientras que los préstamos personales descendieron un 3,2% y los créditos para adquisición de bienes de consumo un 0,4%. En contraste, las tarjetas no revolving crecieron un 2,9%, hasta los 1.874 millones.
Con todo, el riesgo vivo o la cartera en stock se mantuvo estable, con un ligero aumento del 1% y situándose en 33.366 millones. En total, se firmaron 8,5 millones de nuevos contratos, un 1,3% menos.