
CaixaBank, BBVA y Santander apresuran el salto de Bizum como fórmula de pago desde las operaciones entre particulares al comercio. La gran banca ha introducido ya una funcionalidad que permite a los negocios aceptar pagos de clientes mediante sus teléfonos móviles, integrándola en el Terminal Punto de Venta (TPV). La solución, estrenada en abril por BBVA y que ya han adoptado los otros dos bancos, se instala en TPVs Android y posibilita al comercio enviar enlaces de cobro al cliente introduciendo su número de teléfono móvil. El consumidor recibe una notificación en su dispositivo y tendrá que autorizar el abono desde la app de su entidad para que se ejecute.
La operativa es similar a la que ya venía funcionando para los ecommerce, gracias a una funcionalidad desarrollada por Bizum para los cobros de facturas, pedidos o reservas y revela el interés por dar herramientas cuanto antes a los comercios físicos para satisfacer las nuevas demandas de los clientes -pagar con sus móviles y sin introducir claves-.
Demanda del cliente
Se trata, en la práctica, de un paso intermedio para acelerar el proceso puesto dado que Bizum se encuentra desarrollando un sistema que permitirá generar las operaciones en el TPV físico como otra operación cualquiera. La intención es que esté disponible para todas las entidades financieras, sin embargo, aún se encuentra en fase de diseño y el lanzamiento sería el próximo año.
La masiva adopción de la solución de pago inmediato a través del móvil entre los ciudadanos está provocando que las entidades financieras no solo extiendan su uso a cualquier segmento de negocio y clientela, sino que además estén introduciendo Bizum en ofertas comerciales en pack con otros productos, sobre todos los dirigidas a captar nueva clientela.
La disponibilidad de Bizum es hoy prioritario además para nuevos entrantes, neobancos y fintech, y aquellos operadores que quieren escalar la relación con su cliente porque, sin su servicio, reconocen la dificultad de convertirse en su banco principal.
Al sector financiero le interesa, por otro lado, empujar al máximo su utilización cuando la industria está promoviendo la gestación de un gigante de pagos paneuropeo que rivalice con los grandes emisores internacionales. El Banco Central Europeo (BCE) está volcado en sacar adelante el euro digital para, sobre todo, garantizar una soberanía en pagos y no depender de las firmas internacionales en el contexto de tensiones geopolíticas, ante el riesgo para las economía que supondría un cerrojazo de los servicios de proveedores y emisores externos. El BCE lleva años alentando a la industria a crear la alternativa europea, sin éxito.
Pero justo, cuando Donald Trump ha escalado la guerra comercial y el BCE apuesta por el euro digital, la industria acelera su construcción. Bizum ya ha interconectado sus sistemas con los esquemas gemelos de Italia y Portugal permitiendo los pagos de particulares entre todos esos países.
La alianza EuroPA (European Payments Alliance), de la que forman parte y a la que se han unido los sistemas de Noruega, Polonia, Dinamarca, Finlandia y Suecia; ha entablado además negociaciones con Wero, solución de Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, para hacer posibles igualmente las operaciones entre todos los países involucrados.Su construcción va por etapas. Ha arrancado para las transacciones entre particulares y se extenderá en otra fase al ámbito de los comercios.