Banca y finanzas

La banca española es la cuarta en la UE con mayor exposición a EEUU en préstamos

  • La EBA alerta de que la incertidumbre arancelaria eleva el riesgo para las entidades
  • Casi un 8% de  los préstamos concedidos por las entidades españolas está expuesto a EEUU
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump
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A dos semanas del fin de la pausa arancelaria anunciada por Donald Trump, la fuerte incertidumbre sobre las tarifas que Estados Unidos acabará aplicando a las importaciones de la Unión Europea pone en guardia a las autoridades financieras comunitarias. Los bancos gozan de buena salud, al contar con niveles de capital históricamente altos, pero la poca visibilidad ante la evolución de la guerra comercial eleva el riesgo de crédito para las entidades financieras, según alertó la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) en su último informe de evaluación de riesgos.

A finales de 2024, los bancos europeos tenían concedidos alrededor de un billón de euros en préstamos al sector manufacturero y algo más de un tercio de ellos se destinan a aquellos sectores que más productos exportan a Estados Unidos, como los farmacéuticos, los aparatos mecánicos, los vehículos y los productos eléctricos, según datos recogidos por el regulador. De media, casi un 7% de los préstamos concedidos por las entidades de crédito en la UE están expuestos de alguna manera a EEUU. Pero el porcentaje es desigual entre los países del Viejo Continente.

Alemania, más expuesta

Pese a que las exportaciones hacia EEUU representan apenas el 5% del PIB español, la banca doméstica es la cuarta en la UE con mayor exposición al país norteamericano en préstamos (7,6%), superando la media europea. Solo Alemania (10%), Francia (8,7%) y Países Bajos (8,2%) quedan por encima de España, mientras que el vecino Portugal y Grecia se sitúan muy por debajo en el ranking, con una exposición en torno al 1%.

Al poner bajo la lupa los países que tienen una mayor cuota de préstamos en la manufactura, uno de los sectores más sensibles a los efectos de la guerra arancelaria, España tampoco sale muy bien amparada. Casi un 19% del total de crédito concedido a sociedades no financieras se destina a este sector. Una cifra que queda lejos del 27,3% registrado en Italia o del 24,7% en Polonia. Eso sí, tanto Francia como Alemania se colocan por debajo, con un 13% y un 11,6%, respectivamente.

En su análisis, la EBA advierte de que una alteración en las cadenas de suministro globales -por ejemplo, cambiando los proveedores, reestructurando la logística y el transporte o deslocalizando la producción- podrían tener un efecto más amplio no solo en las empresas, sino también en los hogares. "El impacto sobre los bancos individuales de una potencial escalada arancelaria vendrá determinado por la envergadura del conflicto y por el hecho de que sus clientes se vean afectados directa o indirectamente por la imposición de mayores tarifas", explica el organismo, en un pronóstico general que detecta nubarrones en el horizonte, sin tener claro ni cuándo ni dónde podrá estallar la tormenta.

"Estos efectos podrían manifestarse con un mayor deterioro de los activos debido a su exposición a empresas en dificultades, ya que los clientes que están involucrados en sectores sensibles al comercio pueden enfrentarse a un mayor riesgo de impago", detalla la EBA. Además, la autoridad destaca que un aumento de las tensiones geopolíticas tendrá un impacto más amplio, al frenar el crecimiento económico, no solo por la menor demanda de crédito, sino que también por retrasar las inversiones debido a la incertidumbre.

El Banco Central Europeo también mantiene la guardia alta: el pasado martes la presidenta de la Junta de Supervisión del organismo, Claudia Buch, advirtió de que los bancos podrían necesitar aumentar sus provisiones por el riesgo de los aranceles y anunció que en 2026 harán test de estrés específicos para evaluar los riesgos geopolíticos de las entidades.

Abundancia de liquidez

En el conjunto de la banca europea, la calidad de los activos apenas empeoró en los últimos dos años: la ratio de préstamos morosos (NPLs, por sus siglas en inglés) se elevó desde el 1,75% en marzo de 2023 hasta 1,88% en diciembre de 2024. Por su parte, la proporción de préstamos de Stage 2 -que han experimentado un deterioro significativo en su calidad crediticia, pero que aún no se consideran en situación de impago- alcanzó su máximo histórico, un 9,7%. España fue una nota discordante, al ver ambos indicadores reducirse ante un ciclo económico más boyante.

Sin embargo, las entidades financieras de la UE siguen contando con niveles récord de capital, con una ratio CET1 del 16,1%, equivalente a un incremento interanual del 5% de los activos ponderados por riesgo. Los beneficios registraron una subida del 9%, con el aumento del volumen de negocio logrando compensar la presión en el margen de intereses en un ciclo de tipos a la baja.

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