
El BBVA mantiene que las sinergias de la compra a Banco Sabadell llegarán a los 850 millones inicialmente previstos, aunque lleve más tiempo conseguirlas debido al veto por parte del Gobierno sobre la fusión entre las dos entidades durante, al menos, tres años. "La condición del Consejo de Ministros retrasará la materialización de parte de las sinergias estimadas, pero en ningún caso las sinergias serán menores a las estimadas previamente", según explicaron este martes fuentes del banco.
El plan inicial del BBVA pasaba por integrar en el grupo al Sabadell para obtener a lo largo de los tres primeros años unos ahorros de 850 millones: 450 millones en gastos de tecnología, 300 millones en gastos de personal y 100 millones en ahorros financieros.
Ante la obligación de mantener al vallesano como una entidad autónoma en el caso de que la opa prospere, BBVA tuvo que volver a hacer números y actualizar las sinergias previstas en la transacción en el folleto que el pasado lunes envió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los ahorros estimados permanecen sin cambios, pero su consecución se dilatará en el tiempo.
Integración tecnológica
Fuentes financieras apuntan a que el veredicto del Gobierno supone un obstáculo para lograr las sinergias tecnológicas de golpe. El imperativo durante al menos tres años de gestionar las dos entidades por separado no impide a priori la integración de las plataformas. No obstante, elevará la factura para el vasco. Planificar una combinación de los sistemas de los dos bancos manteniendo una gestión autónoma e independiente, pero a sabiendas de que en tres años BBVA podría llevar a cabo la deseada fusión, implica unos costes que no son menores, explican estas fuentes.
En sus trabajos de integración de plataformas, el vasco podría configurar herramientas que posiblemente tendrá que volver a plantearse cuando reciba luz verde para fusionarse con Sabadell. Esos cambios elevarían los gastos, reduciendo las sinergias esperadas a corto plazo.
El regulador de mercado prevé autorizar el folleto antes de finales de julio, según dijo su presidente, Carlos San Basilio, el pasado lunes, antes de que el Sabadell celebre el 6 de agosto las dos juntas de accionistas para dar el visto bueno tanto a la venta de TSB como al reparto del macrodividendo, cumpliendo así con el deber de pasividad al que está sujeto.
La CNMV se inclina hacia un folleto con dos escenarios: uno con la cesión del negocio británico y la distribución del caramelo engordado a los accionistas y otro sin ellos. Esta dinámica permitiría mantener el grueso del folleto, sin aportar grandes cambios, tras la cita del vallesano con sus dueños.
La publicación del folleto por parte de la CNMV es el último trámite al que se enfrenta la transacción antes de su pistoletazo, que tendrá lugar más de 14 meses después de su lanzamiento. Según la normativa, tras la luz verde del regulador, BBVA tiene hasta cinco días para lanzar el proceso y el canje puede permanecer abierto entre 15 y 70 días.
Es posible que el vasco opte por extender la ventanilla hasta septiembre para que los accionistas del Sabadell no tengan que tomar su decisión en pleno período vacacional. El mercado descuenta que el banco opante suba el precio en el tramo final, una opción que el propio BBVA ha rechazado hasta el momento.