
Grupo Catalana Occidente (GCO) ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que repartirá el próximo 9 de julio un dividendo por valor de 0,25 euros por acción.
Esto supone un incremento de cinco céntimos por título, lo que supone un 25% más que en dividendo del año anterior. Pero desde la compañía afirman a este periódico que esto se debe a razones regulatorias y no a un cambio en la política de remuneraciones.
Básicamente es que el reparto de dividendos de las sociedades cotizadas está sujeto a una variación mínima de la cotización oficial, establecida por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA). Este es el organismo regulador y supervisor de los mercados financieros de la Unión Europea, y el que ha establecido que la variación mínima del dividendo tenía que ser de 0,05 euros. Además de la cotización, también se tiene en cuenta el volumen medio de operaciones diarias.
Y es que el grupo está sumido en la opa de exclusión que lanzó la familia Serra, propietaria del 62% de la compañía, sobre el resto de las acciones. Al hacerlo a un precio de 50 euros por acción, lo que suponía un desembolso de 2.277 millones de euros, el precio de la acción subió al día siguiente cercano a ese indicador, como muestra de la aprobación del mercado de la operación. Por tanto, el valor de los títulos ascendió un 16,1% en apenas un día.
La valoración de GCO venía de estar antes de la opa en máximos históricos, de ahí que año a año la compañía había ido incrementando este dividendo con cargo a reservas. En julio de 2024 fue de 0,20 euros, y hace dos años de 0,19 euros.
Ahora mismo, la opa de Inocsa (el vehículo financiero de la familia Serra) se encuentra en stand by. La CNMV admitió a trámite la operación, aunque el visto bueno aún no está. Sigue pendiente la publicación del folleto en el que se conocerán las condiciones de la opa de forma más detallada.