Banca y finanzas

Torres (BBVA) no descarta ir a juicio si el Gobierno endurece las condiciones de la opa y cree que la venta de TSB no tendrá impacto en su oferta

  • El presidente del banco vasco defiende que el margen de intervención del Ejecutivo sería únicamente para suavizar los criterios de Competencia
Carlos Torres, presidente de BBVA
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El presidente del BBVA, Carlos Torres, no ha descartado este miércoles acudir a la vía judicial en el caso de que el Gobierno imponga condiciones más duras a la opa sobre Banco Sabadell. Sin embargo, cree que según la ley de opas, el margen de intervención del Ejecutivo sería únicamente para suavizar los criterios establecidos por Competencia, tras la luz verde del organismo a la transacción con los compromisos pactados con el mismo banco vasco. Más allá del dictamen de La Moncloa, BBVA tiene otro fuego abierto: la posible venta de la filial británica TSB del Sabadell. "No vemos que tenga alguna incidencia en nuestra oferta al Sabadell y en el precio expresado en acciones de BBVA", ha explicado el directivo en una entrevista en Onda Cero, preguntado en específico al respecto.

Cuestionado sobre cuál es el margen de maniobra del Ejecutivo sobre la transacción, Torres fue tajante: "Nuestra interpretación es que puede mantener o suavizar las condiciones de la CNMC". El presidente del banco defendió que la opa BBVA-Sabadell es la segunda en la historia que se eleva al Consejo de Ministros, tras la fusión entre Antenas 3 y La Sexta. Recordó que en aquel caso, la CNMC impuso condiciones adicionales y el Gobierno las suavizó. Por tanto, considera que tras la aprobación "limpia" por parte de Competencia de la operación, es decir, con los compromisos pactados con el mismo BBVA, el margen de intervención del Gobierno sería solo para ablandar la decisión de la CNMC.

En el caso de que el Gobierno imponga condiciones duras que harían al banco desistir de la opa, Torres afirmó que sería "un mal escenario para BBVA" y un "tremendísimo mal escenario" para Cataluña, España y Europa porque sería "impedir que sean los accionistas del banco" los que decidan. El banquero se quejó de que "se trate de evitar a toda costa que sean los dueños los que decidan" en la oferta, que llevan "13 meses esperando". Ante la posibilidad de que haya nuevas condiciones con el argumento de proteger el interés general, el directivo dijo que en ese caso siempre tienen la vía judicial para recurrirlas.

Venta de TSB

La entidad presidida por Josep Oliu comunicó el pasado lunes que recibió indicaciones de interés preliminares y no vinculantes para la adquisición de su negocio británico y que analizará cualquier eventual oferta que pudiera recibir. Eso sí, un eventual acuerdo alcanzado respecto a la venta de TSB tendría que ser sometido a la aprobación de los accionistas, ya que el Sabadell tiene que cumplir con el "deber de pasividad", al ser objeto de una opa.

En este sentido, el número uno del BBVA ha apuntado que, a pesar de las pocas noticias que de momento se conocen con respecto a la posible venta, espera que se cumpla "rigurosamente" la ley de opas. Sin embargo, ha agregado que no le parece que sea "el momento idóneo para acometer un proceso de venta de un activo tan importante".

En el caso de que el Sabadell quiera ceder su negocio británico en el marco de la opa, el calendario sería muy ajustado. El Gobierno, que actualmente está poniendo la operación lanzada por BBVA bajo la lupa, tiene hasta el 27 de junio para emitir su dictamen. Después de este trámite, seguiría la aprobación por parte del regulador de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, en última instancia, la entidad opante puede abrir el canje.

Preguntado por un posible escenario sin fusión, Torres anotó que la transacción con el Sabadell "sigue siendo interesante", aunque "obviamente lo es más con fusión, porque permite una integración más sencilla". "Pero incluso sin fusión podemos tener una gestión coordenada que nos permite sacar mucho del valor que tenemos previsto", añadió. BBVA cifró inicialmente las sinergias de la transacción en 850 millones, de los cuales 450 millones procederían de ahorros administrativos, 300 millones por la reducción de plantilla y 100 millones de ahorros financieros. Torres aseguró, además, que su continuidad en la presidencia del BBVA no está ligada al éxito de la operación.

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