
Unos tipos más bajos desinflan progresivamente el margen de intereses de la banca. Sin embargo, el aumento del volumen de negocio y, en particular, de las comisiones sigue empujando la partida de ingresos, que en el primer trimestre creció a doble dígito frente al año pasado —más de un 12%—, al tener en cuenta el negocio en España de las seis entidades financieras cotizadas. En paralelo, los gastos se mantuvieron bajo control, con un incremento que rozó apenas un 4%. La ecuación brindó a la gran banca española una destacada mejora en la ratio de eficiencia: en los primeros tres meses de 2025, cayó al 36,8% frente al 39,8% registrado en el mismo período hace un año.
La variación interanual de los ingresos cuenta con el efecto distorsionador del nuevo diseño del impuesto a la banca. En las cuentas del primer trimestre de 2024, el gravamen temporal establecía un tipo único del 4,8% a partir de 850 millones de ingresos anuales y, al recogerse en la partida de "otros ingresos y cargas de explotación", se restaba del margen bruto. Al ser este último el denominador de la ratio de eficiencia —el cociente entre costes e ingresos—, el cálculo impulsaba la lectura de esta métrica hacia arriba.
En cambio, el impuesto para el presente ejercicio tiene un tipo progresivo que oscila del 1% al 7% en función de la base liquidable y, al recogerse en la partida del impuesto sobre beneficios, se deduce del resultado neto. Además, las entidades están repartiendo el pago a lo largo del año para aliviar el impacto en el primer trimestre. El nuevo cómputo del impuesto a la banca ya no aminora el margen bruto cosechado entre enero y marzo, como si ocurrió el año pasado, lo que favorece la mejora de la eficiencia.
Mayor reducción para BBVA
Los analistas suelen cifrar en 50% —o por debajo— un nivel saludable de eficiencia, al suponer que los bancos se gastan 50 euros o menos para obtener unos ingresos brutos de 100. Santander, BBVA, CaixaBank y Bankinter tienen una ratio inferior al 40%, mientras que Sabadell y Unicaja la sitúan algo por encima, aunque ambas entidades han registrado una notable mejora en los últimos trimestres.
El banco que consiguió potenciar más su eficiencia a lo largo del último año fue el presidido por Carlos Torres. BBVA la redujo en casi seis puntos porcentuales, de un 38,1% a un 32,2%, gracias a un brillante aumento de los ingresos y a una evolución controlada de los gastos. Precisamente, entre las seis cotizadas, la entidad vasca fue la que más aceleró su margen bruto (un 18,2% más) y, a la vez, la única que consiguió mantener los costes prácticamente al mismo nivel (se anotó una reducción del 0,1%). En el conjunto del grupo, la eficiencia se quedó en un 38,2%: pesa el negocio de Turquía, el tercer mercado del banco, que sigue observando una ratio más elevada que el resto de países.
CaixaBank también logró una mejora importante en la eficiencia, reduciendo la ratio en casi cuatro puntos porcentuales, de un 43,5% a un 39,6%. Son cifras, en este caso, que incluyen el negocio portugués de BPI, ya que la entidad no desglosa los números por países. Al igual que en BBVA, el margen bruto aumentó por encima de la media del sector, más de un 15%, impulsado por los ingresos por servicios que contrarrestaron el descenso en el margen de intereses. Los costes, de su lado, se elevaron en casi un 5%.
Cierra el podio de los bancos que más potenciaron su eficiencia el Sabadell, con una reducción 3,2 puntos porcentuales en la ratio, hasta un 42,5%. Al ser objeto de una opa por parte del BBVA, actualmente bajo examen del Gobierno, la entidad presidida por Josep Oliu está particularmente comprometida en exprimir todo su potencial para exhibir así su músculo financiero ante los accionistas y convencerles de que su proyecto en solitario es más atractivo que una integración con el competidor vasco.
Unicaja, por encima del 45%
Tras cerrar los vaivenes en su cúpula directiva, el impulso de la nueva etapa de Unicaja se refleja también en la relación entre costes e ingresos, que mostró un descenso de tres puntos porcentuales, hasta un 45,6%. La entidad malagueña es la única dentro de la gran banca española con una ratio aún por encima de un 45%, al tener en cuenta únicamente el negocio nacional en el análisis. Su plan estratégico 2025-2027 prevé que se mantenga por debajo del 50%.
El progreso del Santander en los últimos 12 meses podría parecer menos notorio comparado con el resto de las entidades —la ratio bajó un 0,7%—, pero el banco presidido por Ana Botín en el primer trimestre del 2024 ya contaba con la cifra más baja entre sus competidores (34,2%), solo por detrás de Bankinter.
Con la absorción de Evo, la entidad presidida por Gloria Ortiz ha subido ligeramente su eficiencia y, en concreto, fue la única en incrementar la ratio en el primer trimestre comparado con hace un año. El banco aclaró en su informe financiero que en 2025 se pretende que todos los trimestres tengan una estacionalidad similar para evitar fuertes concentraciones de gasto en la segunda parte del ejercicio, como venía ocurriendo en años anteriores, debido al peso de los incentivos variables obtenidos por los buenos resultados registrados. Por ello, los costes crecieron en el período casi un 16%, aunque la eficiencia se situó en un 36,9%, en línea con la media del sector.