
El Banco de España cerró 2024 con beneficio cero, al igual que el año previo, tras compensar las pérdidas operativas de 7.549 millones de euros con la aplicación de provisiones para riesgos financieros, según sus cuentas anuales publicadas este lunes. Estas pérdidas operativas temporales se han producido por el cambio en la política monetaria a partir de 2022 para combatir la inflación.
La política de dotación de provisiones y de distribución del resultado en ejercicios previos ha permitido al Banco de España contar con colchones financieros suficientes tanto en 2024 como en 2023, cuando las provisiones para riesgos financieros permitieron compensar unas pérdidas de 6.612 millones.
El objetivo de un banco central no es maximizar sus resultados, sino garantizar la estabilidad de precios por medio de la implementación de la política monetaria, por lo que su cuenta de pérdidas y ganancias no importa tanto como la de las empresas.
Se espera que el Banco de España vuelva a obtener márgenes positivos a corto plazo (entre 2014 y 2022 había obtenido unos beneficios de 2.116 millones de media anual), siempre que se consolide la normalización de la política monetaria. De todos modos, el saldo remanente en la provisión para riesgos financieros sigue siendo elevado, por lo que la solidez financiera del Banco de España no está comprometida, alertan desde la institución.
Las pérdidas en los bancos centrales del Eurosistema son excepcionales y temporales, consecuencia de la política monetaria implementada para mantener la estabilidad de precios en la zona del euro. Esta política se diseña con independencia del impacto en los resultados financieros de los bancos centrales, ya que obtener o no beneficios contables no afecta a su capacidad para ejecutar la política monetaria de manera efectiva.
El desequilibrio entre el rendimiento de los activos y el coste de los pasivos continuó en 2024, a pesar de las bajadas de tipos de interés puestas en marcha desde el pasado junio. En concreto, el tipo medio de la facilidad de depósito fue 42 puntos básicos superior al del año anterior, mientras que la rentabilidad de los activos permaneció en niveles solo ligeramente superiores a los de 2023.
Se estima que los ingresos netos aumentarán gradualmente con el tiempo, debido a que la retirada progresiva del exceso de liquidez reducirá los gastos por intereses. Además, con la normalización del balance, se prevé que a medio y largo plazo los ingresos obtenidos por las operaciones de crédito también aumenten.