De no llegar al centenar de accionistas que asistían a las Juntas de Alicante a casi 1.000 personas en el recinto ferial de Sabadell. Así escenificó Banco Sabadell su regreso a su ciudad natal y la defensa de su capital frente a la opa hostil lanzada por BBVA. El apoyo al proyecto en solitario del banco vallesano, y el agrado por el retorno a Cataluña, se hizo evidente con la ovación en pie que se llevó el presidente del banco, Josep Oliu, al cierre de su discurso inaugural.
Como era de esperar, la entidad sacó adelante por abrumadora mayoría todos los puntos del orden del día. La principal diferencia, el aforo, que reunió a un cuórum superior al 70% del accionariado. Oliu ya marcó el tono de la sesión con su apelación a rechazar la oferta de la entidad compradora.
"La perspectiva de dividendos y generación de capital que ofrece el proyecto de Banco Sabadell en solitario para sus accionistas difícilmente podrá ser equiparada o superada por la oferta de BBVA. Haría falta una propuesta de valor muy diferente a la que en su día rechazó el Consejo, para compensar todos los riesgos y dificultades que esta operación plantea", elaboró. "Si canjearan hoy sus acciones por las de BBVA, el valor obtenido sería menor que el que tienen actualmente con sus acciones de Banco Sabadell", avisó.
Después de su discurso, el auditorio agradeció sus palabras en pie. Entre los presentes, la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés; el antiguo CEO de la entidad, Jaume Guardiola; o el presidente de Porcelanosa, Hector Colonqués, también exconsejero. Oliu, no obstante, dejó un recado final: "La alegría más grande será volver de nuevo a la junta de accionistas aquí, en Sabadell".
En la misma línea fueron las declaraciones de los accionistas presentes en la Fira. Especialmente esperada –aunque con un mensaje ya obvio– era la de la asociación de minoritarios que se ha montado para hacer frente a la opa. "¡Fuerza, ánimos y a aguantar el tipo!", clamó su presidente, Jordi Casas, también director del Gabinete de Presidencia de Foment del Treball. El dirigente, empresario histórico de la ciudad, llamó a los asistentes a "dar un voto de confianza al consejo". "No podemos permitir que nuestra historia termine de una manera tan abrupta", lamentó.
Otro accionista individual llamó al espíritu de resistencia con la recuperación. "Si aguantamos cuando la acción estaba a 0,26 euros, ahora que está a 2,7 euros y los analistas le ven potencial para llegar a 3 euros no vamos a vender. Le pido al consejo que nos lleve de nuevo a los cinco euros", exclamó.
No faltó a su cita el habitual Josep de Marfà, apotecari i economista –como se presenta en todas las juntas en las que interviene–. "Cuando mis bisabuelos llegaron a Cataluña, lo primero que hicieron fue aprender catalán y lo segundo comprar acciones del Sabadell. Estamos muy en contra de la opa en las condiciones actuales", expuso.
En el turno de respuestas, Oliu justificó el bajo rendimiento de la acción por la crisis inmobiliaria "que se llevó por delante más de la mitad del sistema de ahorro" del país y las dificultades en la integración del británico TSB.
La nota discordante entre tanto halago la puso la asociación de consumidores Adicae, que pidió más capital al banco, defendió el atractivo de la operación y sacó los colores al Sabadell en comparación con BBVA. "En los procesos de reclamación colectivos que llevamos están mejor atendidos en el BBVA que en Banco Sabadell", comparó.
El presidente no se cortó en su respuesta: "Me sorprende mucho que una asociación de consumidores pida más capital. Que los trabajadores –en la Junta se expresaron los sindicatos– pidan mejores condiciones es normal, pero que Adicae pida más capital que el Banco Central Europeo me sorprende, porque eso implica o menos dividendo o peores condiciones", expuso.