
De Muface depende la salud de los funcionarios, pero no exclusivamente eso. Al Gobierno le empieza a urgir el resolver esta licitación cuanto antes, porque en tan solo una semana ha provocado la indignación de pensionistas, de los afectados por la DANA de Valencia y de los clientes que usan el transporte público en España con el rechazo en el Congreso a su decreto ómnibus.
Los empleados públicos es el siguiente colectivo que parece que puede entrar en cólera con el Gobierno si la licitación no se resuelve pronto, por lo que desde Función Pública buscan soluciones in extremis para que no se le abra otro frente a un Ejecutivo en crisis.
Además, la otra derivada de Muface cae directamente sobre Óscar López. Él es el futuro candidato del PSOE en la Comunidad de Madrid y la persona llamada a hacer oposición a Isabel Díaz Ayuso hasta las próximas elecciones. Pero si la mutualidad finalmente dejara de existir, la lideresa del Partido Popular en la región tendría un filón sencillo al que aferrarse para cargar contra López: hacerle responsable de la desaparición de la mutualidad y del consecuente embotellamiento en las listas de espera en la sanidad pública madrileña. Y es que en dicha comunidad se incorporarían de golpe al sistema público más de 160.000 funcionarios que actualmente están adheridos a Muface con alguna de las tres entidades que forman parte del concierto –Adeslas, Asisa y DKV–.
Estas personas son las que más perjudicadas saldrían, puesto que la pública no tiene a su disposición los historiales médicos de los pacientes, y tendrían que entrar en la rueda a pesar de que haya algunos con patologías urgentes. Por ende, este perjuicio pasaría factura en las urnas a un López que empezaría con mal pie en una región en la que los socialistas parten con mucha desventaja.
Para eso, en todo caso, aún queda tiempo, aunque la salud es uno de los aspectos más valorados por la sociedad. Mientras, López y el resto del Ejecutivo tendrán que hacer frente a las huelgas –ya avisadas por el sindicato CSIF– que se producirán si la licitación queda desierta, a la espera de lograr un acuerdo con Adeslas.