
El esfuerzo económico por parte del Estado en rescatar al sector financiero va mucho más allá de la salvación de Bankia. En total, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) destinó alrededor de 58.600 millones de euros en ayudas a la banca y al banco malo o Sareb, cuya fundación tiene origen precisamente en ayudar a limpiar la milmillonaria losa de activos tóxicos que atascaba los balances de las entidades y generaba desconfianza en los mercados sobre la verdadera salud del sistema financiero nacional.
El dinero comprometido es un peaje importante que sigue descontando hoy en día, ya que el Estado ha recuperado apenas un 10,67% de esos fondos o un total de 6.257 millones de euros. Su intervención tuvo lugar a través de diferentes acciones.
De un lado, comprometió 56.545 millones en recapitalizaciones de entidades instrumentadas a través de inyecciones directas y asunción, en consecuencia, de la propiedad de acciones; pero también lo hizo cubriendo emisiones de participaciones preferentes y bonos contingentes convertibles, más conocidos como CoCos. Por otro lado, ha cubierto hasta 2.055 millones de euros por riesgos asumidos cuando adjudicó entidades previamente rescatadas en concursos públicos a otros bancos.
La cifra incluye el pago, por ejemplo, de indemnizaciones por rupturas de alianzas comerciales o joint ventures y provisiones por deterioro de activos o carteras de crédito (EPAs). En la creación del banco malo, que nació en su origen como sociedad semipública y que en 2022 pasó a estar controlad por el Estado, comprometió 2.072 millones.
El FROB ha conseguido recuperar la totalidad del dinero gastado solo en lo que concierne al rescate de tres entidades -Banca Cívica, Liberbank y Caja3- y sus vías para obtener fondos adicionales se limitan casi exclusivamente a la participación que preserva en CaixaBank. La Sareb se fundó con fecha de caducidad para finales de 2027 y debía liquidar antes su cartera y negocio, aunque no es descartable que se prorrogue su actividad, pero el mayor valor y potencial de revalorización se concentra en el banco.
Por su parte, Catalunya Banc, Nova CaixaGalicia y Banco de Valencia destacan entre los rescates desde los que el Estado sufrió el mayor déficit. A Catalunya Banc, el FROB destinó más de 12.500 millones de los que recuperó 782. En Nova CaixaGalicia, inoculó más de 9.300 millones y rescató 783. En Banco de Valencia, inyectó casi 5.900 millones de euros y no recobró nada.