BBVA defiende que la opa sobre Sabadell no reviste problemas de competencia y descarta que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) vaya a fijar "remedies estructurales", pero recuerda que si fija condiciones gravosas podría renunciar a la transacción. "Si la CNMC impone condiciones que afecten a la creación de valor, podemos dar marcha atrás", recordó hoy el consejero delegado del grupo, Onur Genç, durante la presentación de resultados.
Su valoración tiene lugar cuando la CNMC debe dirimir si concluye su dictamen en la llamada Fase I, sin especiales objeciones para la operación, o lleva el análisis a la Fase II, con exigencia de un mayor plazo. "Respetamos profundamente los criterios de la CNMC y nos someteremos a lo que decida. Y, si al final resulta ser Fase II, no estaríamos de acuerdo en que sea necesario, pero seguiremos trabajando con ellos" expuso, descartando que vaya a entrañar condiciones serias al grupo combinado.
"En cualquier caso, sea Fase I o Fase II, esta operación debería autorizarse sin "remedies' estructurales" como ocurrió hace unos años con la operación de CaixaBank y Bankia", agregó durante la presentación de resultados del grupo correspondiente a los primeros nueve meses del año.
El precedente de CaixaBank es uno de los argumentos esgrimidos por el grupo vasco, que asegura que la anexión de Sabadell aún daría un banco con menores cuotas de mercado en España. "Ni siquiera vamos a ser el banco más grande de España con esta transacción, ya hay un competidor mucho más grande que nosotros", señaló Genç.
El Sabadell apela a la complejidad de la transacción y el perjuicio potencial para las pymes y su crédito de eliminar a uno de sus principales proveedores para argumentar que irá a Fase II -la decisión de la CNMC se conocerá a mediados de mes-.
Si bien el banquero admitió que han enviado al organismo liderado por Cani Fernández una serie de compromisos que asumiría BBVA sin querer entrar en su detalle apelando a la "confidencialidad" del proceso, justificó que la transacción no reviste problemas tampoco "porque España tiene un mercado ya muy competitivo". Al respecto, animó a revisar estadísticas como las del Banco Central Europeo (BCE) para comprobar que los precios de los créditos en, por ejemplo, Alemania, "que tienen muchísimos bancos" son "muy superiores" que en España en para hipotecas, para empresas o para pymes, siendo la misma divisa.
Según Genç tampoco se dan las condiciones técnicas para ir a la Fase II porque "no vamos a estar por encima del 25% en nada -umbral fijado para llevar el análisis a un mayor escrutinio- y alegó que la banca está experimentando la creciente irrupción de competidores digitales "que están abriendo múltiples nuevas cuentas, no solo para particulares, por cierto, también para pymes y para empresas, con lo que las barreras de entrada a este sector se han ido reduciendo".
El banquero convino que abrir el análisis pormenorizado generaría "incertidumbre" que podría causar descontento en los accionistas de BBVA, pero también de Sabadell. "Les entendemos perfectamente porque la incertidumbre nunca es buena para nadie (...) Si yo fuese accionista del Sabadell, que no lo soy, pero si lo fuera, me gustaría que esto quedara claro y que se dijera sí o no lo antes posible", agregó.
En el caso de que la CNMC no la aprobase o fijase condiciones reconoció que el banco tendría que estudiarlas y se reserva la posibilidad de retirar la opa, en función de su calado. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) podría abrir la fase de adhesión, previa aprobación del folleto, sin tener aún el dictamen de Competencia pero estimó que no se dará la situación ya que siempre suele estar dicha resolución antes de que se cierre la opa.
Estos día se conoció que el fondo GQG Partners salió de BBVA tras comunicar al equipo directivo su rechazo a la opa. En 2021 llegó a controlar un 3,09% del banco aunque luego desapareció de los registros de la CNMV, al caer por debajo del 3% exigible para transparentar la inversión. "En la junta que convocamos en julio, el 96% votaron a favor de esta operación y solo un 4% en contra. Y en la prensa vemos que ese 4% a lo mejor ha vendido, pero queda ese 96%", opinó Genç, restando importancia a esa decisión.
Autocrítica por el impuesto
El banquero rechazó la intención del Gobierno de perpetuar el impuesto extraordinario a la banca, aunque descartó de plano sacar negocios como Repsol. "Somos un banco español y siempre seremos un banco español. Estamos comprometidos con España", reivindicó, pero avisó de que perjudica al país.
"Me entristece porque es malo para España. Sí, es perjudicial para España", agregó. Expuso que el hecho de que "no haya chimeneas y humo saliendo de una fábrica no significa que el sector bancario no sea un agente económico fundamental para las economías en las que operamos".
A continuación explicó que cada vez que se otorga un crédito hay que mantener un capital y lleva implícitos otros costes, de forma que el gravamen solo desalentaría esa actividad al penalizarla. "Si no tienes capital para concederlo, no lo concedes porque si tiene un mayor coste, pues a lo mejor no tiene sentido económico concederlo", resumió.
Según auguró, la banca "es un catalizador del crecimiento económico y al imponer este gravamen tal y como está ahora se va a obstaculizar el crecimiento de España", justo cuando el país presenta grandes oportunidades de desarrollo por el potencial, por ejemplo, en materia energética y la descarbonización que precisará realizar grandes inversiones.
Se quejó de que además es "anticompetitivo y discriminatorio" porque penaliza a las pymes y a la banca nacional de cierto tamaño frente a entidades menores y extranjeras. El banquero realizó autocrítica y reconoció que el sector quizá ha "fallado" en la comunicación, expresando que le hubiera gustado un mayor debate y confiado en que ahora sí se pueda acometer para "influir de alguna manera" en la versión definitiva.