
Xabier Sagredo, presidente de BBK, ha recibido un nuevo reconocimiento a su gestión, el premio 'Ekonomistak Saria 2024' otorgado por el Colegio Vasco de Economistas, "por su contribución al bienestar social y al arraigo territorial de Kutxabank, impulsando un modelo de competitividad sostenible". A este galardón preceden otros, alguno de carácter internacional como los 'Premios Stevie'. Pero éste es especial para Xabier Sagredo: "Es un honor que te lo entreguen colegas de profesión y que te valoren en tu casa y en tu tierra", comparte el directivo con 'elEconomista.es'.
La fundación bancaria, propietaria del 57% de Kutxabank, culminó hace dos años la dotación de un fondo de reserva de 231 millones, que le exigía el regulador para mantener el control en el banco vasco y, con ello, su arraigo en el territorio. "No solo dotamos en tiempo récord el fondo de reserva, si no que mantenemos una cobertura por encima del 200% que dota de solvencia y seguridad para dar autonomía al banco para su proyecto de futuro", asegura el presidente de BBK.
Además, la fundación está abordando nuevos proyectos sostenibles y configurando una cartera que suma 4.000 millones en activos.
Un nuevo reconocimiento a su gestión. ¿Qué supone recibir este galardón de los economistas vascos?
Siempre se agradece un premio, porque se ve que el buen hacer de todo el equipo que me acompaña. Ha habido varios reconocimientos en el ámbito nacional e internacional, pero éste es especial desde el punto de vista sentimental por los que me preceden: Joseba Madariaga, Sara de la Rica o Pedro Luis Uriarte, entre otros. Es un honor ser el siguiente, que te lo otorguen colegas de profesión y que te reconozcan en tu casa, porque muchas veces es muy difícil ser profeta en tu tierra y valoramos más a los que tenemos fuera.Un premio a la defensa del modelo de competitividad sostenible.
¿Se ven avances en la economía y la sociedad?
Pienso que los primeros espadas de los grupos empresariales tenemos que dejar de hablar de conceptos como ASG o sostenibilidad, porque ya tiene que estar intrínseco en nuestras propias políticas. Antes trataba de sensibilizar sobre nuestra idea de querer generar impacto social y de una praxis de gestión que no esté reñida con la competitividad sostenible, pero ya no lo hago. Creo que la sostenibilidad, independientemente de la praxis e ideologías políticas, junto con la productividad, es la que va a generar el crecimiento económico y las necesidades que tenemos en un modelo de sociedad avanzado como el europeo.
¿Está calando en el mundo empresarial?
Es inevitable. Una sociedad como la nuestra va a demandar cada día mejores derechos sociales, mejor praxis medioambiental, etc., son transiciones ordenadas que conducen inequívocamente hacia este paradigma. Por ejemplo, desde el punto de vista energético las renovables son tecnologías más baratas y, además, sostenibles, y desde la productividad y la competitividad se apuesta por ello. Por lo tanto, sostenibilidad económico y financiera de la empresa y ambiental y social y de gobernanza, que hay que tener implícitas en el quehacer diario y más que decirlo, practicarlo.
El Colegio de Economistas reconoce también la contribución "al arraigo de Kutxabank".
Sí, aseguramos el futuro del banco con el fondo de reserva de 231 millones, que dotamos en tiempo récord y, además, mantenemos una cobertura por encima del 200% sobre ese fondo de reserva, lo que nos da una solvencia y seguridad como fundación cara a darle autonomía de gestión y financiera a Kutxabank. Como accionista BBK espera un proyecto comprometido con el arraigo y un plan estratégico a 10-20 años que le dé al banco viabilidad a futuro. Es lo que nos preocupa, que tenga buenos ratios y dé una buena rentabilidad económica y social.

La fundación ha ido ampliando su cartera de inversiones y suma cerca de 4.000 millones en activos ¿Entrará en más proyectos?
Hoy que tanto se habla de arraigo y de inversiones, ya lo iniciamos en 2017 con aquel fondo de sostenibilidad. Eso se ha multiplicado y hemos ido avanzando en un modelo de inversiones diversificado para que la obra social de la fundación no solo dependa de los ingresos vía dividendos de Kutxabank, que como vimos en 2020 y 2021 no es algo seguro. Y esa diversificación de inversión nos ayudó a poder continuar con la obra social.
¿Seguirá creciendo esta apuesta?
Está creciendo muy bien y, además, de una manera muy ordenada, y la idea es ampliarlo. Estamos configurando una cartera de las más importantes que hay en todo el Estado con inversión sostenible y en el País Vasco, y de impacto social. No solo entramos en compañías porque sean vascas sino porque entendemos lo que es el arraigo y queremos ayudar al crecimiento económico e impacto social en nuestro entorno micro y macro.
¿Solo se invierte en empresas vascas?
Invertimos en aquello que consideramos que va a generar impacto en el País Vasco, lo cual no significa que solo invirtamos en Euskadi.
Son fechas para la campaña de sensibilización de BBK. ¿Puede adelantarnos algún detalle?
Nuestras campañas son una manera disruptiva, innovadora y sostenible de sensibilizar a la sociedad sobre diferentes cuestiones para ir progresando y avanzando por medio del arte y la cultura. Por ellas, BBK ha sido galardonada en varias ocasiones. Este año volveremos a innovar.
Para finalizar, ¿su visión sobre la economía actual?
Soy positivo con el modelo económico, pero no hay que dormirse. Un factor a tener en cuenta es el de la productividad y la competitividad atendiendo a criterios de sostenibilidad y derechos sociales.
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