
La meteórica escala de los tipos de interés benefició a la banca el pasado año con una decidida inyección de ingresos por la repreciación del crédito, pero también les giró una factura antes inexistente por la liquidez de emergencia o TLTRO tomada en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE) años atrás. Según revela en Banco de España en su informe financiero, las entidades le abonaron más de 2.100 millones de euros en concepto por intereses, con una rentabilidad media del 3%, y cuando en ejercicios previos las entidades habían cobrado, en lugar de pagar. En 2022, por ejemplo, el BCE les ingresó casi 1.500 millones de euros.
El organismo liderado por Christine Lagarde diseñó las conocidas como operaciones de TLTRO para garantizar la financiación de familias y empresas. Son financiaciones a largo plazo, con coste favorable para los bancos siempre que garanticen que los fondos van a prestar a clientes.
Su primera versión surge en 2014, pero con la crisis financiera de 2018 la herramienta se sofistica y lanza su versión TLTRO III, un manguerazo de liquidez donde el BCE llegó a pagar hasta un 1% a los bancos que las pidieran y transformaran en créditos para la economía. La banca española, como la italiana o portuguesa, acopiaron a manos llenas esos recursos.
Con la subida de los tipos desde el 0 al 4,5%, las entidades han podido sacar un provecho extra al remansar los fondos en el banco central a cambio de una remuneración (la conocida como facilidad de depósitos). Pero el BCE dio un giro en noviembre pasado, con un endurecimiento en las condiciones de los TLTRO que incentivó la amortización acelerada y devolución por parte de los bancos.
Por entidades, Santander soportó la mayor factura. En su informe anual desvela que durante el pasado año asumió un coste por los TLTRO de 659 millones frente a los ingresos de 489 millones y 868 millones que se anotó en 2022 y 2021, respectivamente. A cierre de 2023 su saldo en estas líneas de financiación se había reducido a 11.583 millones frente a los 33.536 millones del año previo y lejos de los 88.894 millones que mantenía hace dos años.
Santander paga 659 millones
CaixaBank cuando el bienio anterior había ingresado 402 y 746 millones, respectivamente. Durante el año pasado amortizó 15.620 millones de euros en liquidez de las líneas TLTRO, siendo más de la mitad amortización acelerada.
Sabadell desvela a su vez un coste de 305 millones cuando en 2022 había ingresado por intereses 162 millones. Durante el pasado ejercicio prepagó 17.000 millones de dicha facilitad, quedándole a cierre de año el saldo en 5.000 millones. El resto de entidades no han transparentado el coste del servicio de la liquidez anticrisis del BCE en sus informes financieros.