Las grandes empresas españolas están a la vanguardia en lo que respecta a la transparencia fiscal. Así lo revela el estudio Transparencia fiscal y presentación de informes de sostenibilidad (Tax transparency and sustainability reporting, en su título original), elaborado por PwC, que ha analizado en total 269 compañías radicadas en ocho países. De acuerdo con las conclusiones de este análisis, siete de las 10 empresas más transparentes son españolas. Estas firmas destacan gracias al empuje que ha tenido sobre ellas el marco regulatorio español en lo que respecta a las cuestiones fiscales y al reporte de sostenibilidad, tal y como se abordó en el Observatorio Sostenibilidad y fiscalidad en la gran empresa española, organizado por elEconomista.es y PwC.
Los resultados de este estudio son "francamente reveladores", explicó Francisco González, socio de PwC Tax & Legal, responsable de Tax Reporting & Strategy del área NewLaw, que aludió a tres motivos principales para que España obtenga este buen posicionamiento: "El primer factor es el marco normativo; desde 2015 los consejos de administración tienen responsabilidad en el ámbito de la gobernanza fiscal de las empresas. Por otro lado, determinadas normativas, como la Ley de Información no Financiera, obligan a hacer transparente determinada información pública".
En tercer lugar, González aludió a un factor que no tiene que ver con las cuestiones regulatorias: "Las organizaciones han visto que esta es una herramienta útil para generar confianza y también para tener una narrativa propia en este contexto de confusión y de crisis múltiples que afectan a la percepción de las grandes multinacionales, de cómo pagan y gestionan sus impuestos", explicó. Con las grandes cotizadas ya ubicadas en los puestos destacados, el reto estaría ahora en extender ese liderazgo también a las empresas de menor tamaño.
Gobernanza
Las firmas españolas destacan especialmente por la involucración de sus órganos de gobierno en la toma de decisiones estratégicas en el ámbito fiscal, seguidas de las compañías británicas, y se colocan por delante de otros países como Austria, Alemania o Suiza. También son líderes en la gestión de sus grupos de interés desde la perspectiva fiscal: "Qué me están demandando externamente y cómo doy respuesta" a esas demandas, según resumió Francisco González.
Según señaló Begoña García-Rozado, directora global de Fiscalidad de Iberdrola, "antes los stakeholders [grupos de interés] eran pasivos, pero ahora cada vez demandan una mayor involucración desde el punto de vista empresarial". Iberdrola tiene, añadió García-Rozado, "una política de involucración del accionista espectacular en este ámbito, tenemos un dividendo de involucración y contamos con una serie de políticas que tratan de mantener una posición activa desde el punto de vista de los inversores, pero también de los stakeholders, en el comportamiento empresarial".
García-Rozado aclaró que en la empresa "llevamos la sostenibilidad en el ADN" y, en lo que respecta al dividendo de la compañía, "no pensamos solo en el dividendo puramente económico, sino que hablamos del dividendo social, que para nosotros es fundamental, y que es el mecanismo a través del cual Iberdrola devuelve a la sociedad todo lo que recibe".
"Lo que no se mide no existe"
Por su parte, José María Vallejo, director del departamento Fiscal Corporativo de BBVA, detalló que la medición de la materialidad está ya muy asentada: "BBVA lleva más de 10 años realizando una medición, porque lo que no se puede medir no se valora y no existe. Aplicamos una metodología para calcular nuestra contribución fiscal total, mostrando los números objetivos de lo que se aporta, tanto con la actividad y la generación de tributos propios de todo el grupo en los diferentes países, como lo que se genera con la actividad propia del banco. Esos datos, analizando la serie histórica, demuestran que son contribuciones muy robustas, y también que esa contribución ha ido aumentando con el tiempo", detalló Vallejo.
Por su parte, David Gutiérrez, director de Control Económico y Fiscalidad de Acciona, señaló: "Desde el punto de vista fiscal que le veo al análisis de doble materialidad, haría una división en tres conceptos: la responsabilidad social corporativa, contribución y transparencia". La mayoría de las empresas españolas, aclaró Gutiérrez, "estamos adheridas al Código de Buenas Prácticas Tributarias" y en este país "vamos más allá de los estándares" en lo que se refiere a "la calidad de la información cualitativa fiscal", destacó.
"El facilitar esa información a terceros, mostrar tanto cuantitativa como cualitativamente ese comportamiento fiscal responsable, es absolutamente necesario", añadió Begoña García-Rozado, de Iberdrola. "En el caso de la empresa española, hemos tenido durante muchos años manifestaciones públicas relacionadas con los pocos impuestos que pagan las grandes empresas. Hoy en día, este argumento tiene que estar ya absolutamente superado". Más aún, señaló, "cuando hablamos de contribuciones de entre un 40% y un 50% en los grupos empresariales españoles en contribución fiscal con respecto al beneficio empresaria". "Y esto lleva a su vez a la transparencia, a mostrar a terceros que se paga mucho más de lo que se dice", agregó.
Francisco González concretó que las compañías del Ibex pagan un 45% de los beneficios generados antes de impuestos soportados a Hacienda; "es decir, por cada 100 euros de beneficio antes de impuestos, 45 van a las arcas públicas; creo que es un dato significativo", resaltó.
Buena posición en 'rankings'
David Gutiérrez hizo alusión a la buena posición de España dentro de los principales índices de referencia en lo que respecta a la sostenibilidad: "En la familia de índices Dow Jones Sustainability, y en todo tipo de índices con cierto prestigio, las empresas españolas salen muy bien paradas" respecto a otros países, "en comparación con nuestra importancia económica; es algo que está de manifiesto en todos los rankings", defendió.
"Probablemente las compañías españolas hemos sido pioneras en incorporar el elemento estratégico de la fiscalidad", consideró José María Vallejo, "también por una capacidad de visión estratégica". "Creo que en España hemos sido pioneros en ese proceso de transparencia. Y ahora hablamos de sostenibilidad, un elemento que alcanza a toda la estrategia empresarial. Hubo una época de, por así llamarla, presostenibilidad, de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) que medía una serie de elementos importantes, donde la transparencia y el governance eran muy importantes. Y, dentro de esos ámbitos, se percibió un gran interés en la sociedad por el comportamiento fiscal de las empresas. Aprovechar esta oportunidad ha llevado a las empresas españolas a estar en la vanguardia", señaló el director del departamento Fiscal Corporativo en BBVA. Vallejo también quiso destacar que, aunque existe todavía margen de mejora, es importante "ser capaces de valorar objetivamente el ecosistema tributario de responsabilidad fiscal que hemos creado, que es para estar orgullosos", afirmó; por su parte, David Gutiérrez, de Acciona, enfatizó que los stakeholders y, sobre todo, los inversores, "nos van a valorar cada vez más por esa responsabilidad social fiscal", y que la ESG va a tener progresivamente más importancia.
"Hoy tenemos aquí a tres pioneros en el ámbito de la sostenibilidad vinculado a lo fiscal, pero no todo nuestro tejido empresarial es así", remató Francisco González, quien apuntó la idea de que el reto estaría ahora en alcanzar la excelencia también en el resto de organizaciones, más allá del Ibex 35.
Clave en la toma de decisiones
"Sin duda, se ha incrementado el interés de los inversores por considerar la fiscalidad como un elemento de sostenibilidad a la hora de tomar decisiones de inversión", afirmó Francisco González, socio de PwC Tax & Legal, responsable de Tax Reporting & Strategy del área NewLaw. De esto hay algunos ejemplos significativos, explicó: "Un inversor institucional como Norges Bank tiene emitido un documento en cuanto a qué es lo que considera relevante a efectos de sostenibilidad fiscal, es decir, en relación con todos esos aspectos cualitativos y cuantitativos que generan confianza en el inversor". González también hizo hincapié en la importancia del aseguramiento de toda esta información: "Las organizaciones llevan ya años trabajando en los procesos de captura de información, pero cada vez se irá poniendo más el foco en el assurance alrededor de la misma, porque los inversores lo van a ir pidiendo", añadió.
Componente de 'justicia social'
"La empresa tiene que ganarse la confianza de los inversores, y para eso necesitas una credibilidad. El mensaje tiene que ser cierto y veraz", señaló Begoña García-Rozado, directora Global de Fiscalidad de Iberdrola. Desde el punto de vista de la fiscalidad, ¿cómo ganar esa credibilidad? En primer lugar, siendo transparentes con la información. Una empresa puede tener un comportamiento excelente en el ámbito tributario, pero es necesario darlo a conocer. "Y este tipo de información ya no solo la demandan los inversores, sino también la sociedad, porque la fiscalidad tiene un componente de justicia social que ha venido para quedarse", añadió García-Rozado. Además, esa credibilidad "también se basa en los estándares que permiten afirmar que, como empresa, tienes una actuación robusta, permanente y responsable a lo largo de todos los tiempos y que vas cumpliendo todo lo que se había dicho que se iba a cumplir", apuntó.
No comprometerse 'resta'
"La sostenibilidad es una prioridad transversal para BBVA, que alcanza a todos los ámbitos del día a día"; y a su vez la fiscalidad "es un elemento muy relevante en la aportación que BBVA realiza a la sociedad", afirmó José María Vallejo, director del departamento Fiscal Corporativo del banco. "Hoy día, no ser una entidad completamente comprometida con la sostenibilidad resta", aseguró. "Los inversores son unos stakeholders fundamentales en cualquier entidad empresarial"; y, "como agentes responsables, también exigen que esa generación de valor se realice de forma alineada con los mejores estándares de sostenibilidad", señaló.
El foco está "clarísimo", y "lo que se está produciendo es la definición de una taxonomía cada vez más clara para la medición de esa contribución". De ahí que sea necesario estar atentos tanto a las métricas obligatorias como a las voluntarias, de cara a poder "trasladar todo el esfuerzo en materia de responsabilidad y sostenibilidad a nuestros inversores", añadió.
El valor lo determina el impacto ESG
"El concepto de valor de empresas cada vez está más determinado por el impacto ESG, tanto el positivo como el negativo", sintetizó David Gutiérrez, director de Control Económico y Fiscalidad de Acciona. En Acciona, se han creado roles nuevos dentro del departamento Financiero, que ha incorporado a especialistas en medición de emisiones, mitigaciones o huella de carbono. "Estamos generando un rol muy relevante", explicó Gutiérrez, que añadió que Acciona va más allá de los estándares exigidos.
"Hemos creado una plataforma web que ofrecerá información ESG muy granular a la que los grupos de interés pueden acceder". El lanzamiento de esta plataforma viene precisamente a raíz de la demanda de los stakeholders. "Medir el impacto medioambiental de cada uno de los instrumentos financieros que emitimos contribuirá, sin duda, al desarrollo de la estrategia de sostenibilidad que tiene Acciona", agregó Gutiérrez.