
CaixaBank deteriora un 18% su participación indirecta en el banco angoleño BFA tras reiterar su interés por deshacerse de ella, movimiento que lleva sobre la mesa varios años pero que nunca ha llegado a ejecutarse. La entidad que encabezan Gonzalo Gortázar y José Ignacio Goirigolzarri posee un 48,09% del banco africano a través de su filial portuguesa BPI. El 51,9% restante de los títulos pertenecen a la teleco Unitel y que hasta hace poco más de un año estaba vinculada a la polémica empresaria local Isabel dos Santos.
En concreto, la entidad catalana ha pasado de valorar este activo en 411 millones de euros a hacerlo en 339 millones, rebaja que se deriva principalmente de las diferencias de tipo de cambio que se producen con la moneda local, el Kwanza, tal y como se reseña en el informe anual del banco. Este es precisamente uno de los hándicaps que existen para que la venta de la participación de CaixaBank llegue a buen puerto.
El Banco Central Europeo (BCE) ha pedido en varias ocasiones a la propia CaixaBank que reduzca su exposición al país (o salga definitivamente) debido a las inestabilidades que vive. En la última presentación de resultados, el propio consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, reconoció que no está interesado en mantener esta participación indirecta. Al mismo tiempo, recordó que antes de tomar ninguna decisión de desinversión, notificará a las autoridades angoleñas de este hipotético movimiento.
Las intenciones de CaixaBank de salir del país africano llevan años dando vueltas por el mercado y vienen heredadas, incluso, de épocas anteriores a la compra de BPI. Tanto es así que el banco portugués, ya en 2016-2017, en pleno proceso de opa por parte de la propia entidad catalana, consiguió venderle a Unitel –participada por el Estado– un 2% de las acciones en el banco angoleño, perdiendo la mayoría accionarial.
En el último ejercicio, 2023, CaixaBank recibió de BFA unos ingresos por dividendos de 73 millones de euros, lo que supone un 16% menos que en el año anterior y una rebaja del 25% con respecto a lo percibido durante 2021.
'La princesa de África'
Una pieza clave para entender la participación de CaixaBank en BFA es la figura de Isabel dos Santos, la llamada Princesa de África, para la que Interpol cursó una orden de búsqueda y captura a petición de la Fiscalía General de su país de origen hace poco más de un año. La hija primogénita del que fue presidente de Angola durante 38 años, José Eduardo dos Santos, ya fue una piedra en el zapato para CaixaBank en la operación de compra de BPI y volvió a serlo más tarde con BFA.
La angoleño-rusa –aunque nacida en Azerbaiyán– tenía una participación del 19% en el banco portugués y añadió tensión a la operación, llegando a forzar subidas de precio con acuerdos fallidos de por medio. Tras varios meses de idas y venidas, en los que incluso hubo ruptura de conversaciones, la entidad catalana consiguió arrancarle un acuerdo y llevar la operación a buen puerto. Pero la participación en el banco africano hacía que CaixaBank todavía tuviese que mantener los lazos con la empresaria a través de Unitel, su otro accionista y el mayoritario.
Por todo ello, la nacionalización por parte del Gobierno de Angola en 2022 de su participación en la empresa de telecomunicaciones parecía haber allanado el camino para la venta de las acciones en manos de BPI. Entonces la moneda local, el Kwanza angoleño, que meses antes había comenzado a recuperar algo de valor, volvió a desencadenar una bajada brusca que torpedeó de nuevo las opciones de venta, reduciendo el valor de la participación de CaixaBank en BFA que ha seguido en una caída continuada hasta día de hoy.