Frente a las turbulencias de los mercados financieros y el miedo destadado por las crisis de Silicon Valley Bank (SVB) y Credit Suisse se impone más Unión Bancaria. Así lo defendió este viernes el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, durante la junta de accionistas del banco, con la exigencia de que se acelere la creación del fondo común de garantía de depósitos.
"Todas las turbulencias financieras a las que estamos asistiendo, vuelven a poner de manifiesto la necesidad de completar la unión bancaria europea", elaboró, convencido de la importancia de "acelerar" la creación del fondo de garantía de depósitos europeo "como medio para evitar una eventual retroalimentación entre riesgo bancario y riesgo soberano, que, en definitiva, era el objetivo de la Unión".
El banquero admitió que, aunque los episodios de volatilidad "pueden continuar" y "debemos ser prudentes", la banca española "está muy bien preparada y tiene una enorme fortaleza para enfrentarse a este tipo de situaciones". Expuso que nada tiene que ver además con un Silicon Valley Bank, cuyo pecado era tener una "enorme" concentración de depósitos frente a la "fuerte dispersión" en las entidades españolas y la elevada diversificación además en inversiones, y refirió que el problema de Credis Suisse venía de largo.
Con foco en CaixaBank reivindicó los "extremadamente robustos en términos de liquidez y solvencia" que son sus ratios (12,8% en términos de capital más exigente o CET1 y un ratio de liquidez del 194%, junto a una rentabilidad del 9,8%).
El banquero, que se declaró optimista por las "importantes fortalezas" y "estrategia bien definida" de la entidad, también realizó demandas en clave doméstica. A su juicio, el punto "débil" más relevante de la economía española es su productividad, y "el mayor factor de vulnerabilidad es el desequilibrio de las cuentas públicas".
Atajar la baja productividad "crónica" pasa por "reformas complejas que necesitan acuerdos políticos y sociales amplios" a su juicio, y ya toca definir "un plan de reconducción de nuestras cuentas públicas", máxime cuando el alto endeudamiento y déficit encara ahora un escenario de subidas de tipos y en Europa se va a restaurar la disciplina fiscal.
El endurecimiento de la política monetaria persigue reducir una inflación persistente y alta. En el caso de España, el servicio de estudios de CaixaBank cree que este año se situará en el 4,2% de media anual. Las turbulencias financieras se han colado en esta tarea metiendo nuevos ingredientes en las decisiones del BCE y, según Goirigolzarri, eso hace que los mercados estén descontando que su tasa de depósitos se situará en el 3,25%, "lo que se traduciría a un euríbor máximo del orden del 3,5% en el segundo y tercer trimestre" del año.
En términos de PIB apuntó que, pese a la desaceleración prevista, la economía española "ha mostrado una fortaleza muy superior" a la estima con el arranque del año y podría alcanzar el 1,3% este año.
Durante su intervención rindió cuentas de los principales números de 2022 y compartió con los accionistas las guías del nuevo plan estratégico con el que el banco se propone alcanzar en 2024 una rentabilidad del 12% (el pasado año cerró en el 9,8%), reducir el ratio de eficiencia por debajo del 48% y distribuir 9.000 millones de euros entre los accionistas.