
Aunque las mujeres representan actualmente el 49,7% de la población mundial, la igualdad de género en el acceso a los servicios financieros sigue siendo una tarea pendiente. Y es que todavía hay 742 millones de mujeres en todo el mundo que no tienen este tipo de derechos, calcula Naciones Unidas. Es decir, "si fuera un país, sería el tercero más grande del mundo", solo por detrás de la India y China, señala el informe Global Findex 2021: Women's World Banking Response.
Una de las principales medidas de inclusión financiera es tener una cuenta bancaria, ya que su titular puede ahorrar, enviar y recibir dinero, lo que le permite invertir en educación, salud y negocios. Además, está en mejores condiciones de evitar caer en la pobreza y se ve menos afectado por las crisis financieras que quien no posee una.
En la última década, la brecha de género en la titularidad de cuentas en los mercados emergentes se ha reducido -pasando del 9% al 6%-, pero en algunos países se ha incrementado en este tiempo. Es el caso de Benín, donde la disparidad ha aumentado un 17%. Una cifra que alcanza el 20% en Bangladesh y Nigeria, según el informe. En total, el 35% de las mujeres de los mercados emergentes guarda dinero en cuentas, frente al 43% de los hombres. Por el contrario, un porcentaje considerable de mujeres no bancarizadas no se ve capaz de utilizar de manera autosuficiente una cuenta bancaria.
El impulso de la pandemia y la digitalización
Si algo han demostrado estos diez años, es que la brecha de género no va a cerrarse sola. Los avances registrado en este periodo son el resultado de invertir muchos recursos, pero también de la digitalización derivada de la pandemia.
Durante los confinamientos, el pago de los gobierno a los ciudadanos permitió que las mujeres tuvieron las mismas probabilidades de abrir cuentas para enviar y recibir pagos digitales que los hombres. Además, este pago fue el primer paso para utilizar con frecuencia una cuenta y crear una huella digital para acceder a un crédito, destaca el Banco Mundial.
Sin embargo, los avances se han ralentizado e incluso retrocedido con el fin de las restricciones y la vuelta a la normalidad. En concreto, el acceso desigual a las tecnologías hizo que la brecha de género se incrementase en tres puntos porcentuales en 2022 hasta el 18%, lo que se tradujo en que hubo 315 millones menos de mujeres con un teléfono móvil que de hombres. El acceso a internet móvil de las mujeres también estancó: tuvieron un 16% menos de probabilidades que los hombres de usar esta tecnología, frente al 15% de 2021.
Avances en Sierra Leona
Uno de los países que está avanzando en la igualdad de género en el acceso a los servicios financieros es Sierra Leona, que acaba de firmar una ley que pone fin a décadas de exclusión.
La Ley de Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer tiene como objetivo empoderar financieramente a las mujeres de Sierra Leona. Y es que, desde la guerra civil que tuvo lugar entre 1991 y 2002 la situación de generó empeoró mucho en el país africano. Las mujeres eran consideradas ciudadanas de segunda, tenían prohibido poseer tierra y necesitaban la firma de sus maridos para obtener un préstamo, por lo que las mujeres solteras quedaban totalmente excluidas. Ahora, en cambio, "un hombre y una mujer tendrán los mismos derechos para acceder al crédito y a los servicios, transacciones y productos financieros", detalla el nuevo decreto.
Las sanciones por no respetar está norma irán desde multas de 2.500 dólares a penas de cárcel para las entidades bancarias que pongan trabas a las mujeres a la hora de acceder a las ayudas financieras, recoge Quartz.
Aún así, la Ministra de Asuntos de la Mujer y la Infancia de Sierra Leona, Manty Tarawalli, en declaraciones a la BBC, advierte de que "la desigualdad de género y la negación de los derechos de la mujer siguen prevaleciendo a todos los niveles en la sociedad sierraleonesa". A lo que añade que Sierra Leona solo se convertirá en un país de renta media, la población femenina -que representa el 52% del total- debe participar en la economía.