
Las comisiones por sistemas de pago electrónicos de la banca española superaron en el tercer trimestre del año los 220 millones de euros. Es la cifra más elevada de la serie histórica que publica el Banco de España, que se remonta a 2014, y se produce en un difícil contexto económico. Este negocio crece a una velocidad de crucero superior al 20%, aprovechando el declive del uso de dinero en efectivo.
Los ingresos generados por las comisiones procedentes de pagos electrónicos es un negocio a prueba de bombas para el sector bancario. Durante el tercer trimestre del año, el consumo se frenó en seco en España, pasó de crecer a ritmos anuales del 3% a prácticamente la mitad; pero las comisiones de la banca española por pagos con tarjetas a los establecimientos siguieron creciendo con fuerza.
Según los datos publicados por el Banco de España, el sector facturó a los comercios y establecimientos por cobrar con datófonos 220,4 millones de euros, la mayor cifra desde 2014, cuando el supervisor bancario empezó a publicar los datos agregados de este negocio. Supone un incremento del 6,7% respecto al segundo trimestre y del 12,1% en términos interanuales.
Los números del negocio de TPV (Terminal Punto de Venta) son todavía más imponentes en el acumulado de los nueve primeros meses del ejercicio. Las comisiones crecieron, hasta septiembre, un 20,3% al alcanzar los 603 millones. Solo el covid ha logrado ralentizar el crecimiento exponencial de los pagos con tarjeta de crédito y débito en España. Incluso en un año tan difícil como 2020, la banca generó comisiones por 564 millones, gracias al comercio electrónico y a la caída en picado del pago en efectivo provocada por el miedo al virus. El número de operaciones vinculado a tarjetas de crédito o débito subió un 4,4% ese año.
STMP, la compañía participada por casi la totalidad de bancos que operan en España y que fue la encargada de unificar los sistemas de pago, no lo puedo expresar mejor en su informe de 2021. A raíz del covid, "el efectivo se empezó a considerar como algo sucio e incluso peligroso y los hábitos digitales se han vuelto más generalizados, lo que ha impulsado incluso a los consumidores más reacios hacia los espacios digitales".
La muerte de los cajeros y el efectivo
Las estadísticas del Banco de España muestran una tendencia imparable. Hasta septiembre se registraron cerca de 5.400 millones de operaciones con tarjetas, un 23% más, y parece difícil que no se batan los registros de 2021, cuando el número de pagos superó los 6.100 millones de acciones. Junto al incremento del uso, también crece el importe de compra agregado. En los nueve primeros meses del año, se situó en 171.000 millones y con casi toda seguridad terminará por encima de los 200.000 millones al final del ejercicio.
A la misma velocidad que crece el parque de TPV, van desapareciendo los cajeros automáticos. Los nuevos hábitos están reduciendo la circulación de efectivo y la necesidad de cajeros. El uso de terminales de pago se va generalizando en todo tipo de establecimientos. STMP apunta a que las compras presenciales vuelven a crecer por encima de las realizadas por Internet. En concreto, suben un 22% frente al 21%. En España, el número de terminales de pago llega a los 2,36 millones de unidades, con una tasa de crecimiento anual superior al 8%. Los cajeros cayeron el tercer trimestre de las 46.000 unidades al bajar un 5,8%. Desde el año 2000 no había tan pocos cajeros en España. Las tarjetas se acercan a los 90 millones en circulación, lo que, prácticamente, supone que cada habitante posee cerca de dos tarjetas.
El sistema de comisiones que aplica la banca es complejo. Las tasas que endosan al cliente dependen de varios factores. Si se realiza con tarjeta de crédito o débito y también varían por los importes cobrados. Cada entidad tiene sus propias tarifas. Desde 2002 se han abaratado de media una barbaridad. En ese año de media se aplicaba un 1,59% por operación. En lo que va de año, la media es de 0,38%, hasta septiembre.
Al sector de actividad que le cobran mayores comisiones es al hotelero. En concreto, en el tercer trimestre se le aplicó de media de 0,71%, seguido por puntos de cobro de bajo importe (0,67%). En esta categoría se agrupan los pagos inferiores a 15 euros (menos autopistas) y cuyos precios, en general, están condicionados por un determinado marco regulatorio, como el transporte urbano, metro, cercanías, parkings o cabinas telefónicas. Curiosamente, a pesar de que las categorías relacionadas con el ocio y turismo soportan tarifas más caras, son las que menos comisiones generan para la banca. Las grandes superficies comerciales y supermercados son la principal fuente de ingresos. Entre las dos categorías sumaron 54,3 millones en el tercer trimestre, alrededor el 25% de toda la facturación. Y son los tipos de negocios que soportan un menor coste asociado al pago con tarjeta. En el mismo período se movieron entre el 0,23% y el 0,24%.
El sector no publica datos por entidades de volumen de comisiones y las entidades solo ofrecen pinceladas en sus informes financieros. Pero el negocio de pagos electrónicos cada vez tiene mayor importancia. Santander califica este negocio "producto y servicio de alto valor añadido" y señala que la facturación por tarjetas creció un 16% y por TPV un 29%, a nivel global durante los primeros nueve meses del año. En los últimos años, con un entorno de tipos cero y márgenes de intereses, la importancia de los ingresos por comisiones ha sido vital para los bancos. En BBVA apuntan a que el buen tono de los ingresos por comisiones, en parte, se debe "las mayores comisiones por medios de pago". La mayoría de entidades aluden al buen comportamiento de los ingresos generados por los sistemas de pago para justificar el crecimiento de las comisiones. La entidad más transparente en este aspecto es Bankinter. La entidad señala que "la actividad de cobros y pagos ascendió a 120 millones" en el tercer trimestre, sobre un total de 452 millones en comisiones. El líder en cuota de mercado de tarjetas de crédito en España es CaixaBank, al quedarse con el 31,1% de facturación total, según sus cuentas trimestrales.
El buen tono del negocio de las tarjetas y TPV no es exclusivo en España, si no es una tendencia global que se ha acelerado por el declive del dinero en efectivo. Según PWC, en 2030, los pagos electrónicos prácticamente se triplicarán en todo el mundo, hasta superar tres billones de operaciones. Entre 2020 y 2025 las transacciones electrónicas crecerán un 82%, pasando de un billón a 1,8 billones de operaciones. Y entre 2025 y 2030, este crecimiento será del 61%, hasta superar los tres billones de transacciones en todo el mundo.