Banca y finanzas

Bruselas creará un 'hub' de información para facilitar la venta de deuda morosa

  • La EBA estandariza unas plantillas que serán obligatorias para la banca europea

La banca de toda Europa deberá proporcionar una información estandarizada a los inversores interesados en adquirir sus carteras de préstamos impagado a partir, previsiblemente, de 2023 y la intención de la Comisión Europea es ir, incluso, más allá y crear una especie de hub documental que permita impulsar estas transacciones en el Viejo Continente, según explican a elEconomista.es fuentes del mercado.

El primer paso lo acaba de dar la Autoridad Bancaria Europea (EBA) con una propuesta de normas técnicas o plantillas homogéneas con los datos que deberán facilitarse en todas las transacciones así en Europa.

El Ejecutivo Comunitario revisará dichos formularios y serán de obligatorio uso cuando los apruebe. La propuesta de la EBA exige su cumplimentación por parte de la entidad que enajene o transfiera las carteras para facilitarla solo a los inversores interesados, pero las fuentes consultadas indican que Bruselas quiere ir más allá y en su Plan de Acción 2020 sobre NPL -non perfoming loan- plantea crear una central de datos para dinamizar la compraventa de carteras.

El sector es escéptico sobre la aplicación práctica de una herramienta tan globalizada dada las singularidades de cada mercado y la dispersión normativa en los diferentes países en aspectos como las ejecuciones de deuda, pero no se descarta que las reglas que se están adoptando ahora sirvan para allanar el camino en el establecimiento de un repositorio así para algunas transacciones en el futuro.

La UE puso bajo la mira los préstamos dañados hace años por la gran acumulación que se dio con las crisis financieras en los balances de las entidades (en junio del 2015 alcanzaron los 1,2 billones), entorpeciendo la financiación de la economía por los problemas que entraña para el sector en términos de impagos y millonarias provisiones.

Para regular la actividad, Bruselas aprobó el pasado año una directiva que los Estados deben trasponer y encomendó las plantillas a la EBA para facilitar las transacciones. En su diseño, el organismo ha tomado de base los formularios que elaboró en 2017 y eran de voluntaria utilización, incorporando las lecciones extraídas de las prácticas del mercado y que ha perfeccionado tras someterlos a consulta pública.

La propuesta que acaba de elevar a Bruselas es un estándar de mercado que ayudará a la comparabilidad de operaciones entre los distintos países buscando "reducir las asimetrías" de información entre los compradores y vendedores potenciales y suprimir también obstáculos a la entrada tanto de inversores como de vendedores pequeños. No serán un requisito de información supervisora, pero el supervisor podrá requerir su revisión a las entidades y tomar decisiones en función de esas investigaciones.

Casi 130 datos

Las plantillas incluyen hasta 129 campos y las entidades tendrán que cumplimentarlas siempre que enajenen o transfieran carteras. Sus datos detallarán de forma pormenorizada las características contractuales del préstamo en sí mismo, cualquier garantía o condición legal asociada, incluídos los procedimientos de ejecución vigentes e, incluso, tendrán que aportar una histórica sobre la capacidad de pago del titular en los últimos 36 meses.

Quedan fuera de esta obligación aquellas operaciones realizadas cuando se produzcan por ventas de sucursales, de líneas de negocio o de carteras más extensas de clientes como parte de una operación de reestructuración o resolución de la entidad.

La difusión es inferior o ni siquiera están obligadas a cumplimentar los formularios en algunas operaciones como aquellas de titulización de deuda, las que incluyan derivados, las transacciones con un único préstamo moroso o varios préstamos ligados a un solo prestatario, que formen parte de un crédito sindicato, cuyo titular esté radicado fuera de la UE o en impagos vinculados a personas físicas.

Para garantizar el uso adecuado de la información, la EBA prevé que los datos personales no se compartan hasta que el potencial comprador haya suscrito un contrato de transferencia de la deuda.

371.000 millones de euros

Es el valor de los activos dañados o NPL que tenía la banca europea en junio pasado conforme a datos de la EBA. Se trata del 1,8% del total de préstamos vivos, por debajo del 2,3% de un año antes. España figura entre los países con mayor carga, con 78.900 millones en activos dañados; junto a Francia (109.700 millones), Italia (51.800 millones) y Alemania (30.200).

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