El Instituto de Crédito Oficial (ICO) encarará la primera ventana clave para testar la solvencia de la financiación que avala con un balance fortalecido. El organismo aumentó al 160% la hucha de provisiones sobre activos en riesgo a finales del pasado mes de junio frente al 145% de un año antes aún cuando los impagos han permanecido a raya.
Conforme al informe financiero que divulga para analistas, la tasa de morosidad total se mantuvo en el 2,21% y disparó un 22,89% el beneficio bruto, hasta los 122,52 millones de euros entre enero y junio. Cuenta además con una red de capital Tier 1 del 34,64%, inferior al 38,63% de junio del pasado ejercicio, pero que casi duplica al colchón habitual de la banca para este ratio.
La morosidad es, incluso, inferior al 2,35% que registraba en marzo de 2020 cuando el Gobierno aprobó el primer programa de avales respaldado por el organismo para ayudar a empresas y autónomos a lograr liquidez y financiación tras cerrar a cal y canto la actividad al declarar el estado de alarma por el Covid-19.

Por entonces, el ratio de capital del ICO era superior (tenía un 37,49%) y también la tasa de cobertura (169%). La dilución del ratio de solvencia tiene lugar, pese a que su hucha de equity más reservas ascendió a 5.789 millones en junio, por encima de los 5.499 millones contabilizados un año atrás y superior también a los 5.257 millones existentes cuando se pusieron en marcha las líneas de avales, y mientras que ha ampliado la red de cobertura en provisiones de cara además a un otoño que podría ser clave.
Hasta ahora el comportamiento de los créditos que avala apenas ha presentado incidencias. Pero hay dudas sobre su vulnerabilidad dado que las empresas y autónomos beneficiarios podían acogerse hasta finales de junio pasado a las carencias en el pago del principal de la financiación.
Son créditos donde el ICO responde por entre un 70 y 80% del impago y, según el sistema instrumentado para cubrir el riesgo, el organismo abre ventanas trimestrales donde las entidades llevan las cuotas incobradas para ejecutar los avales.
Por eso se espera que el gran test sobre la capacidad de pago de los negocios sea una vez han expirado las carencias y debería notarse en los balances bancarios del tercer trimestre. Hasta finales de marzo, último dato conocido, el Banco de España elevó al 26,8% la cartera avalada en riesgo. Un 4,1% eran préstamos dudosos -al menos tres cuotas sucesivas con impagos- y otro 22,7% estaba catalogado por parte de las entidades como en 'vigilancia especial' o 'stage 2', que es la etiqueta para operaciones al corriente de abono donde haya incertidumbres sobre su desempeño por la vulnerabilidad de la actividad en la que opera su titular o por la situación de pagos del propio titular.
Por sectores, las mayores incidencias afectaban a la hostelería (la morosidad en crédito avalado a finales de 2021 era del 6,6%), en las industrias extractivas (alcanzaba el 6%) y en el sector de las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (5,9%).
107.102 millones de euros
El organismo ha cubierto 107.102 millones con avales a través de los diferentes programas habilitados desde marzo de 2020 a finales del pasado mes de mayo y que ha permitido movilizar 140.627 millones en financiación. Un 98% del crédito ha sido suscrito por pymes y autónomos. Es uno de los más importante en su ejecución de la UE en cuanto al uso y extensión en el tejido productivo.