
Tantos años esperando una subida de tipos, y la subida llegó acompañada por el miedo a una recesión y un impuesto específico para la banca del Gobierno. Aunque los efectos del alza del precio del dinero son todavía imperceptibles (apenas 3 millones en la cuenta de resultados), Banco Sabadell ya mejora los objetivos de rentabilidad marcados en su plan estratégico. La firma aspiraba a un retorno sobre capital tangible (ROTE) del 6% para finales de 2023, pero cerró el semestre al 7%; medio punto más del que lucía en el mes de marzo. Por ello, revisó al alza el dato y ya lo situó al 7% para todo el ejercicio. Al menos hasta comprobar cómo le impacta el gravamen del Ejecutivo.
La entidad dirigida por César González-Bueno presentó este jueves sus resultados del primer semestre, que se saldó con una subida del 78% de los beneficios hasta los 393 millones. La mejora del negocio le sirvió para superar de nuevo sus objetivos de rentabilidad –ya lo había logrado en el primer trimestre-; un 7% que será la meta para diciembre "sin incluir el potencial impuesto, del que no se conocen los detalles", puntualizó el directivo.
Declinó realizar hipótesis sobre un gravamen que tendrá un tipo del 4,8% sobre los ingresos en España. Sí pidió que se aplicase con "neutralidad" y advirtió que los principales afectados serán los accionistas. En el caso específico del Sabadell el 50% del capital está en menos de "224.000 accionistas particulares", cuya mediana de inversión es de 1.950 euros. El otro 50% está compuesto por inversores institucionales.
El tributo llega en plena escalada de beneficios, pero sin que la entidad haya saboreado todavía la subida de los tipos de interés. El encarecimiento del dinero se produjo en julio y el alza del Euribor solo reportó 3 millones de euros a la cuenta del banco. A pesar de la revisión del objetivo de rentabilidad, González-Bueno subrayó que "no cubre el coste de capital" aún.
"El entorno de tipos ha sido extraordinariamente negativo y ahora está en vías de normalización, pero es una normalización a la baja", puntualizó Leopoldo Alvear, el director financiero. En el último lustro, el Ibex bancario cayó un 50%, mientras que el Ibex35 se dejó solo un 25%, el Ibex de energía creció un 20% y el Ibex de construcción se elevó un 30%.
"Seguimos enfocados en la transformación de la entidad y estamos cumpliendo todos los objetivos de este año", zanjó el banco. Más allá de la apuesta por la digitalización, la otra cara de la transformación fue el cierre de oficinas y el ERE aprobado el pasado otoño para 1.380 personas; el segundo en solo dos años, que impulsó la rebaja de costes hasta el 4,8%.
Banco Sabadell espera a ver qué pasa en otoño
La entidad confía en que la ansiada subida de tipos permita "compensar el deterioro de la calidad de los activos" que podría provocar una recesión. Hasta ahora no hay atisbos de que vaya a subir los impagos tras revisar la cartera, sostiene. La ratio de morosidad se redujo frente a los trimestres comparables y cerró junio en un 3,31%. El dato es especialmente relevante en esta ocasión, pues a lo largo del segundo trimestre terminó la carencia de la financiación antipandemia avalada por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Además, los activos problemáticos se reducen tras la venta de la cartera Austro, compuesta por 400 millones de créditos sin asegurar, al fondo noruego Zolva. El banco tiene cubiertos el 52,3% de los préstamos de riesgo. Mientras, la compañía alcanzó en el último trimestre el récord histórico de hipotecas en España, con 1.501 millones de euros, el 19% más respecto al trimestre anterior. Creció también el crédito al consumo (+17%), hasta los 805 millones, y la facturación de las tarjetas (16%) hasta los 5.541 millones.
El crédito vivo cerró el primer semestre con un saldo de 158.074 millones de euros. Los activos totales gestionados por el grupo ascendieron a 257.229 millones, un crecimiento del 2,8% interanual y del 1,6% en el trimestre.