El cielo de Abu Dabi brillaba con un fulgor hipnótico este domingo mas que otras veces. Drones coreografiados con precisión milimétrica dibujaban la silueta de don Juan Carlos I en su 87 cumpleaños. El rey tenía a su lado la bandera española, que ondeaba en luces vivas, acompañada de los aplausos de una audiencia selecta. El espectáculo, un regalo de sus amigos jeques, era un homenaje al hombre que fue monarca y al vínculo que cultivó con las élites del mundo árabe.