Opinión
No es necesario llegar al temido otoño para presenciar cómo la crisis energética se agrava en Europa. Antes incluso de que se cierre del gasoducto Nord Stream 1, por unas sospechosas "necesidades de mantenimiento", el precio de la electricidad superó los 660 euros por megawatio en Alemania y los 740 en Francia, mientras en España se espera que alcance hoy los 460 euros. Ante esta situación, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, anuncia una "intervención de emergencia" del mercado energético europeo y, posteriormente, una reforma en profundidad en ese mismo ámbito.