El gran sumiller Ferran 'Freddie' Centelles está empeñado en lograr que el vino penetre de forma fácil entre los 'non pro' "No hace falta que hables de frutas o flores, pero que tampoco te quedes en un simple me gusta"
El gran sumiller Ferran 'Freddie' Centelles está empeñado en lograr que el vino penetre de forma fácil entre los 'non pro' "No hace falta que hables de frutas o flores, pero que tampoco te quedes en un simple me gusta"
Fran López propone una cocina 'gourmand' pero estilosa de productos del Delta
Lúdico para lucir en la mesa veraniego al fresco; serio para no olvidar que el estilo también puede ser ilustrado. Así es este cava elaborado con métodos tradicionales, con las varietales envejeciendo por separados, algunas en madera, otras en magnum
Hay que ser muy osado para, en zona guiri condition 3 (plaza Catalunya), creer en los mejores aperitivos posibles y en la más potente culinaria canalla. Y, encima, hacerlo con exquisita elegancia. ¿No? Es el camino difícil? Sin embargo, el que siempre tomó Enrique Valentí, desde tiempos seminales de chaqué en Ciutat Vella hasta las carnes cósmicas de la parte alta de la ciudad.
Es el primer vino tranquilo de Codorníu. Y es descarados, fresco, estival y lúdico. Exquisito diseño de botella para una 'macedonia' de frutas que deja entrever también algunas especias, aunque la resultante global es de dulzura.
El mundo de los pintxos donostiarras, pintón y afamado en el planeta entero, también podría ser definido críticamente, a los ojos de la cocina contemporánea, como de un cierto inmovilismo, e incluso, en ácidas palabras de un reputado chef vasco de relumbrón internacional, como "una tostada llena de mayonesa". Ciertamente, si dejamos aparte las alegres liturgias trashumantes llenas de txikitos y nos centramos en los gastronómico...
No es fácil, en estos banales tiempos gastronómicos de conformismo culinario, escepticismo creativo, adocenadas marcas B, franquicias cómodas y tediosos homenajes a abuelas míticas, alardear de fantasía, estar en el alambre de espino y transitar por las movedizas sendas que evitan el mainstream. Vale decir, Jordi Herrera.
Vino elaborado en sinergia con el grupo musical Mishima (2.900 botellas). Cada varietal se trabaja por separado y la maloláctica se produce en barricas de roble francés de dos y tres años. Este vino es, como su propio origen, una fiesta sin más. Un estallido de frescor, frutas, dulzuras. No hay que esperar complejidades cultas, sino un pop easy going en la nariz y la boca. Suculencia: más frutas reales en la boca. Un vino sin complicaciones que pide otra botella.
Fermentado en barrica francesa. Cepas centenarias y complejas. Un avance: sutil, delicado, exquisito...Ciertamente, la crianza de ese verdejo remoto acaba esculpiendo una experiencia de poliédricos matices. Ciruelas, albaricoques, peras y vainillas bailan y sonríen entre finas maderas en la nariz...Luego, en el paladar, destacan la frescura y el equilibrio entre texturas, intensidades y grasas. Edición limitada de 5.000 botellas decoradas por el joyero Joaquín Berao.
El chef apuesta, en el Hotel Condes, por conseguir la tercera Michelin en Barcelona