Desde que a finales del mes de febrero Rusia comenzara la invasión de su vecina Ucrania, son muchos los acontecimientos y las reacciones para tratar de frenar la escalada bélica. Dejando a un lado las innumerables y dolorosas vidas perdidas en el conflicto, las consecuencias para la economía europea y casi mundial no se han hecho esperar, como consecuencia de la incertidumbre y la volatilidad de los mercados, tanto financieros como energéticos.