PRIMARIAS EE.UU.
Ha pasado ya casi un mes desde que Hillary Clinton sentenció matemáticamente su victoria en la carrera presidencial demócrata con una rotunda victoria en Nueva York. Tras los resultados de Kentucky y Oregón el pasado martes, el senador Bernie Sanders necesitaría victorias cercanas al 70% de los votos en los estados restantes para ganar en delegados electos. Un reto que se hace muy improbable si se miran las encuestas, donde su rival sigue liderando en los principales graneros que quedan por votar, Nueva Jersey y California. El quijotesco senador octogenario continúa su lucha pese a saber que los gigantes no serán más que molinos. Y Clinton, que necesitará a todos los simpatizantes del viejo socialista para ganar las generales, empieza a temer que la tensa campaña de primarias acabe por alienar a todos esos votantes en el momento de la verdad.