"No puedo pagar la hipoteca de 52.000 euros trimestrales, los gastos. Es demasiado. Con los ingresos que tengo no llegamos", decía Iñaki Urdangarin a su cuñado, Felipe de Borbón en 2008, cuando la Casa Real, ante sus 'sospechosos' negocios, consideraba que la presión mediática era ya insostenible.

Anne Igartiburu y Jorge Javier Vázquez comparten profesión, fama, pasión por la interpretación y ambos han triunfado, se han sostenido en lo alto y hecho dinero gracias al cotilleo. Uno, aún en el descenso de su cadena y su programa estrella, es el puto amo del estilo más sórdido pero eficaz del panorama mediático. Otra es el icono estrella de las campanadas de Fin de Año, versión blanca del corazón, pero sobre ella cae a plomo el peso de la impostura constante y de la incoherencia de quien se gana la vida con el cuché que detesta. Dicen que su sonrisa profesional contrasta con una cierta arrogancia en las distancias cortas.

A sus 44 años, y madre de dos jóvenes con los que apenas tiene relación, la hija de Rocío Jurado regresaba este martes al plató de la cadena que le paga con la excusa de hacerle un homenaje a su madre y, de paso, subirle la audiencia a Paolo Vasile.