Fundador y primer director general de Turespaña

La concentración del turismo internacional en las zonas costeras e insulares deja poco espacio al interior de la península para poder competir con éxito en ese mercado. Las ciudades del interior se centran por ello en el turismo nacional, lo que es una buena idea especialmente si no disponen de aeropuertos con tráfico universal.

Turismo rural

En Campisabalos, en el extremo noroccidental de Guadalajara, hay un centro de interpretación en el que nos explican que allí se respira el aire más limpio de España. Parece que eso tiene efectos positivos en la salud. La pureza del aire se comprueba por la brillantez del liquen que cubre árboles y rocas. Sin duda el liquen local es hermoso y de colores vivos.

En España quedan solo seis Iglesia visigóticas. Una de ellas, la Basílica de San Juan de Baños, en el oeste de la provincia de Palencia, es además la Iglesia cristiana más antigua del país. En su interior está grabado que fue construida en el año 661 por encargo de Recesvinto, por lo visto tras curarse con las aguas locales de sus dolencias. El dicho Rey dejó además la huella de su mano –esto ya parece leyenda- en una placa de arcilla en la que los pocos turistas que pasan por el lugar insertan la suya para ver si encaja, lo que siempre ocurre. Los visigodos se concentraron en esta parte de España, suponemos que por el frío que les recordaba a su tierra de origen. Tampoco son muchos los que visitan otra joya más al norte, Paredes de Nava, conocida por sus cuatro torres bajo cada una de las cuales hay una Iglesia. El pueblo está limpio a más no poder.

En el Antiguo Régimen los políticos corruptos hacían ostentación de su riqueza. Algunos todavía siguen haciéndolo. Uno de los más ávidos recaudadores de lo público fue el famoso Duque de Lerma que reformó el pueblo que lleva su nombre y en la plaza se construyó una inmensa mansión que sabiamente ha sido reconvertida en Parador de Turismo, de hecho en uno de los más grandes. El patio con columnas merece una visita. El valido de su Majestad Felipe III había recibido la villa como una donación personal del Rey.

En Palermo los chinos son ceilandeses. En esta época del año en la que amanece pronto, si uno tiene la ocurrencia de ir a hacer ejercicio antes de las siete de la mañana, al lungomare, se encontrara solo con chinos y chinas. Luego a lo largo del día desaparecen. No hay tiendas de chinos ni restaurantes. O quizás se convierten en ceilandeses-supongo que ahora se les llamara algo así como srilankeses – que ocupan los infinitos puestos callejeros , las tiendas de todo a 1 euro y similares, para en la madrugada del día siguiente convertirse de nuevo en chinos.

Cuando se llega a Kiruna hace doscientos kilómetros que se ha cruzado el círculo polar ártico. Un poco más arriba se encuentra el punto que los suecos denominan Treriksgransen o frontera de los tres países, donde la propia Suecia se junta con Noruega y Finlandia. Se encuentra a casi setenta grados norte. A esa latitud en América hace ya casi diez grados que no hay asentamientos humanos, es lo que hace la corriente del golfo de Botnia.

Ignacio Vasallo

Por una vez, el que mejor ha explicado el problema del accidente del Boeing 737 Max de Ethiopian Airlines ha sido Trump, quien en un tuit indicó que los aviones se han vuelto demasiado complejos tecnológicamente.

Una buena parte de las estaciones de esquí suizas de mayor fama se encuentran en el cantón de los grisones. Entre ellas Saint Moritz , Davos, Klosters, Arosa y Pontresina, que a veces salen en los medios no por la calidad de sus pistas sino de por la de los usuarios de las mismas.

En la apasionante película El año en que vivimos peligrosamente, el joven periodista australiano interpretado por Mel Gibson se ve desbordado por los acontecimientos que tienen lugar en Indonesia en 1965 con motivo de la insurrección comunista contra el presidente Sukarno. La realidad resultó mucho más compleja de lo que él pensaba.

La atracción de París es tan grande que muy pocos turistas quieren salir de excursión, y los pocos que lo hacen miran hacia Normandía, Bretaña y los Castillos del Loira. Algo parecido sucede desde Bruselas. Sin embargo entre ambas ciudades hay mucho más de lo que se puede ver desde la ventanilla del tren de alta velocidad que recorre, más bien corre, los trescientos kilómetros en menos de hora y media.