Kerry Katona (40) vivió una situación dramática en 2008, cuando se declaró en bancarrota por no poder pagar una deuda de 87.000 euros. La cantante del grupo Atomic Kitten, desesperada, recurrió a las drogas y el alcohol para evadirse de sus problemas financieros. Incluso fue secuestrada con arma blanca en su mansión de Wilmslow, lo que agravó el trastorno de bipolaridad que padecía.