La mansión de vacaciones que fue construida en los años 60 por Henry Ford II, nieto del magnate del automóvil, ha salido a la venta a través de la agencia inmobiliaria Bespoke Real Estate. Ubicada en la lujosa localidad de los Hamptons, en Nueva York, la propiedad de más de 16 hectáreas de terreno se vende por 175 millones de dólares.