Nacho Vidal no sabía que los 25 centímetros de talento que le había regalado la naturaleza le podían servir para levantar su vida después de algunos años locos de juventud. Pero ese don le permitió convertirse en una estrella mundial gracias a su pasión: el sexo. "Él era como Billy Elliot, lo que pasa es que no quería bailar: él quería follar", explica Teresa Fernández-Valdés, creadora de la serie que lleva la vida de este icono del porno a la televisión.

Director de Ecoteuve.es. Especializado en periodismo de televisión, sigo la actualidad de las cadenas y analizo series, programas y otros contenidos audiovisuales. Llegué a elEconomista en 2012, con el nacimiento de Ecoteuve, tras seis años en Vertele.