Televisión

Nacho Vidal, un 'talento' de 25 centímetros convertido en leyenda y un biopic ágil, descarado y adictivo

Nacho Vidal no sabía que los 25 centímetros de talento que le había regalado la naturaleza le podían servir para levantar su vida después de algunos años locos de juventud. Pero ese don le permitió convertirse en una estrella mundial gracias a su pasión: el sexo. "Él era como Billy Elliot, lo que pasa es que no quería bailar: él quería follar", explica Teresa Fernández-Valdés, creadora de la serie que lleva la vida de este icono del porno a la televisión.

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Vidal se "emocionó" cuando le dijeron que querían contar su historia en un biopic -se estrena mañana en Atresplayer Premium- y "acabó llorando" cuando vio los primeros episodios de esta producción que utiliza su meteórico salto profesional -de la Sala Bagdad a las grandes producciones de cine X- para hurgar en una industria oscura y llena de leyendas que brilla un poco más de lo normal con el barniz de esta serie ágil, descarada, adictiva y con un punto cómico -hay humor sin caer en la parodia- que permite que sea, sobre todo, entretenida. Y eso es lo mínimo que tiene que tener una buena serie.

Nadie quería ser Nacho

El casting para elegir al protagonista de Nacho fue difícil. Nadie quería exponerse como una estrella del porno y enseñar todo lo que había que mostrar en algunas escenas. Alguien pensó en Martiño Rivas, para sorpresa de la mayoría, incluido él mismo. "Elegirme iba más allá de lo obvio... y eso me ponía muy cachondo". Luego conoció a su compañera de reparto, María de Nati. "Hubo química y complicidad".

Y más tarde se vio con el verdadero Nacho Vidal. "Me dio un abrazo y noté que me daba su beneplácito". Pero la unión definitiva entre ellos se produjo cuando Martiño quiso dotar de más conexión a su personaje protagonizando una surrealista situación el día que quedaron para conocerse un poco más. "Me senté en su regazo para sentir aquello y noté que me acercaba al núcleo de la Tierra", recuerda entre risas.

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