Si como decía Bismarck la política es el arte de lo posible inspirado, sin duda, en los principios aristotélicos y en El Príncipe de Maquiavelo, no puedo imaginar un momento más oportuno para practicar esa deriva artística que el que vive actualmente España. Llevamos casi siete meses con el Gobierno en funciones, hemos celebrado dos elecciones generales, hemos constituido unas segundas Cortes en ese mismo periodo y en apariencia estamos donde al principio estábamos.

Apenas han pasado un par de semanas desde la larga noche del Brexit y ya nada parece igual a lo que parecía. Fue a las cinco de la madrugada de aquel viernes fatídico del 24 de Junio cuando la BBC anunció que el 52% de los británicos habían optado por sacar al Reino Unido de la Unión Europea. El mundo civilizado, entendiendo por tal aquel que piensa en las consecuencias de lo que hace, no daba crédito a lo que estaba aconteciendo.

España es un país pacífico. Puede que aún mantenga rasgos autodestructivos como afirmaba el canciller Bismarck hace ciento cincuenta años, pero a sus gentes no se le puede negar su sosiego y su paciencia infinita. Díganme si no cómo soporta nuestra ciudadanía lo que acontece desde que estalló la crisis hace ocho años sin que haya atisbos de desobediencia civil ni estallido social. Especial elecciones 26J.

Qué floja es la memoria política. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero dejó la Presidencia del Gobierno parecía un 'Ecce Homo'. Había renunciado a repetir como candidato y su partido perdía clamorosamente las elecciones generales frente a un Mariano Rajoy que se antojaba destinado a gobernar treinta años. A Zapatero no solo le culparon de no ver venir la crisis, minusvalorar su magnitud y gestionarla mal, que habría sido lo justo. Especial elecciones del 26J.

Desde el jueves pasado, en este país solo se habla de la encuesta del CIS. Sus resultados no difieren demasiado de los que apuntaban otros sondeos pero el del Centro de Investigaciones Sociológicas se realiza con muchos medios, es bastante más completo que cualquier otro trabajo demoscópico y, en consecuencia, tiene a priori mayor fiabilidad. Por ello sus resultados han provocado un enorme impacto al registrar ese categórico subidón de Unidos Podemos que más que 'sorpasar' al PSOE parece hundirle en el averno. Especial elecciones del 26J.