Estados Unidos se enfrenta a la peor crisis de drogas en décadas. El consumo de opiáceos y heroína se ha disparado. De hecho, las cifras se han triplicado desde 2010, tal y como recoge Bloomberg. Varias agencias federales apuntan en sus informes anuales que, como es costumbre, la heroína utilizada en EEUU proviene del extranjero, pero advierten de que a diferencia de otras veces el proveedor está justo a las puertas, ya que México ha conseguido desplazar al triángulo dorado del Sudeste Asiático y a la remota América del Sur como principales dealers.

Editor y redactor web de elEconomista.es