Habitualmente, las empresas hacen frente a su competencia a través de la diferenciación y por la vía de costes para ofrecer el producto más barato. Sin embargo, hay otras estrategias que se pueden poner en marcha en la empresa para dejar atrás a la competencia y que las acciones que se lleven a cabo repercutan de forma positiva en la cuenta de resultados de la empresa. Y todo ello sin necesidad de tener que bajar precios. Incluso pueden elevarse.
Competir en un mercado global no es fácil para muchas empresas, sobre todo, para las pymes y micropymes porque tienen menos recursos para poder hacer frente a determinados desafíos globales, además de estar inmersas en su día a día y no disponer de más horas para redirigir o rediseñar su estrategia de negocio.
Esto lleva a que muchas veces se adopten estrategias clásicas para hacerse un hueco en el mercado, que básicamente siguen dos reglas principales. Una de ellas es la diferenciación para distinguir el producto de otros de la competencia, mientras que la otra relacionada con los costes.
Estas reglas básicas, sin embargo, no son siempre fáciles de aplicar por las empresas porque "hay productos que son difíciles de diferenciar como pueden ser los de la luz eléctrica, aunque hay en otros en los que sí hay una clara diferenciación como pueden ser las empresas del sector de lujo", según ha explicado Jesús Lázaro, asesor empresarial y profesor de Dirección Estratégica, Business Plan y Entrepreneurship, quien ha participado en la Cámara de Comercio de Huesca para dar la conferencia y taller "El océano azul: Estrategia de innovación en valor. Cómo dejar atrás a tu competencia", a elEconomista.es
Rebajar el precio es la manera que se emplea también para poder vender los productos cuando no hay diferenciación, pero tampoco es la solución para muchas empresas porque siempre puede haber alguien con el precio más bajo y, si el producto es "chinable" no puedes competir.
Y frente a estas reglas básicas, hay otras opciones como la Estrategia del Océano Azul o Blue Ocean Strategy por su nombre en inglés, que fue ideada por dos profesores de la Escuela de Negocios INSEAD y que se viene aplicando en el ámbito empresarial desde hace ocho años.
Realmente, esta Estrategia del Océano Azul no es exactamente tan nueva porque hay muchas empresas que han venido desarrollándola y alcanzando el éxito con ella, pero sin saber que realmente la estaban empleando porque no se había desarrollado una metodología. Es el caso, por ejemplo, de El Circo del Sol, "que eliminó cosas para reducir costes como los animales en los espectáculos, además de ofrecer algo diferente en temas y entornos. Es como un teatro. Esto ha permitido tener los precios que tiene, costando 100 euros la entrada más barata". Y es que con esta estrategia se puede tener más margen para mantener e, incluso, subir los precios.
Otro caso claro es el de Zara, "que ha roto moldes en el mercado e Inditex se ha convertido en un imperio textil. Han reducido costes con una logística increíble", ya que en 15 días se aborda todo el proceso desde que se plantea el diseño hasta que se hace y está en la tienda. "Luego, además, han creado algo, que es la moda continua porque si no compras la prenda en esa semana, puede que a la siguiente ya no esté", así como acercar el prêt-à-porter a los consumidores a un precio razonable.
Eliminar y crear
Pero, ¿cómo se puede aplicar esta Estrategia del Océano Azul? Principalmente, hay que tener en cuenta dos puntos, que resultan un poco complejos para la empresa, siendo a veces necesario que, en algunas partes, se cuente con el apoyo de algún experto. De todos modos, hay empresas que han seguido esta metodología de forma instintiva y han logrado buenos resultados.
El primero de estos puntos es "encontrar y saber los elementos de competencia clave del sector". Esto es variado en función del sector de actividad porque, en algunos casos, puede ser el precio pero, por ejemplo, en los aviones puede ser la comodidad.
Además, la empresa tiene que ser capaz de "reducir cosas", es decir, eliminar lo que considere que no es imprescindible. Por ejemplo, si se diseña un teléfono para una personas mayor de 85 años, se deberá optar por incluir prestaciones básicas, teclas grandes para que las pueda ver y algún botón de emergencia porque no va a necesitar mucho más.
La dificultad radica en que "las empresas no suelen conocer los elementos clave" para lo que pueden ayudarse del Canvas para situar los elementos claves tanto los propios como los de la competencia. Esto muchas veces puede suponer romper el paradigma como en el caso de El Circo del Sol, que acabó con la trilogía de circo, animales y niños.
Para determinar estos elementos, se tiene que seguir la pauta de reducir, crear, aumentar y eliminar, dando paso a un nuevo Canvas que es con el que se va a competir. Y es que no se trata solo de qué eliminar, sino también de qué crear.
Este proceso no es estático porque "el problema es que, una vez que tienes éxito, la competencia intenta imitarte y se crea un océano rojo a partir del que hay que desarrollar otro océano azul. Es la innovación continua".
Y es que precisamente esa innovación en valor es la clave para poder competir y tener ese océano azul que es el que va a permitir a la compañía crecer, siendo una estrategia que es posible aplicar a empresas de cualquier tamaño y sector de actividad. Incluso es útil para instituciones públicas, organizaciones, entidades y gobiernos.