Las previsiones de UAGA apuntan a que se podrían recoger alrededor de 2 millones de toneladas.
Aunque todavía es prematuro realizar una previsión de los resultados de la campaña de cereales, UAGA estima que la cosecha puede ser similar a la del año pasado y, con facilidad, es posible que sobrepase los 2.000.000 toneladas, aunque el mes de mayo va a ser decisivo en la cosecha de 2016.
Según el Balance de UAGA 2015, la producción de cereales de invierno en secano y regadío ascendió a 1.986.050 Tm, en 2015 frente a las 1.652.100 Tm que se recolectaron en 2014, situándose muy lejos de las 2.748.328 Tm del año 2013.
Los datos de estimación de la organización agraria para este año se basan en que parte de las siembras se realizaron en un otoño, inicialmente en seco, lo que propició que la nacencia no fuera buena e inevitablemente perdiendo potencial la futura cosecha. Una situación que, sobre todo, se ha detectado en las zonas de Bajo Aragón y en la comarca de Monegros, Campo de Belchite y Zaragoza, que son las zonas más áridas de la comunidad aragonesa.
Además, durante todo el invierno, las lluvias han sido muy generosas y regulares propiciando unas condiciones óptimas que aceleraron el desarrollo de los cultivos, aunque carentes de las necesidades de frío que hacen que el cereal se dote de un buen sistema radicular y el posterior encañado y espigado sea correcto.
De hecho, las temperaturas han descendido en los últimos meses del invierno y ha favorecido subsanar esas necesidades de frío de los cereales, aunque con diferentes alcances dependiendo del tipo de cereal.
A diferencia del resto de Aragón, la parte alta de la Comarca del Jiloca, desde Monreal a Cella, la falta de lluvias ha provocado que el cultivo se seque en gran parte dando por perdida buena parte de la cosecha.
A primeros de mayo ha habido una semana de temperaturas bajas lo que ha propiciado que en las zonas que la cosecha estaba más adelantada y la espiga ya formada se haya producido una disminución de cosecha a causa del frío, afectando en mayor medida a la cebada.
Esta situación ha sido similar a la vivida el año pasado, pero al contrario, por la ola de calor sufrida a principios del mes de mayo, que coincidió con el espigado y que provocó una gran reducción de la cosecha.
Además, UAGA destaca, en relación con la producción de cereal de esta campaña, el problema que hay en trigos blandos y duros por enfermedades fúngicas como la Roya, propiciadas por el exceso de humedad y, probablemente, el invierno tan suave con prácticamente ausencia de heladas.