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Cinco claves (al alcance de cualquiera) para liderar equipos en una empresa

  • Ser un buen líder y saber gestionar los equipos y recursos no es fácil

Ser un buen líder y saber gestionar los equipos y recursos humanos que se tienen en la empresa no siempre es fácil, aunque cualquier persona puede conseguirlo con tan solo mostrar interés en las personas y respetarlas, tener motivación y seguir otra serie de consejos.

Liderar no es solo gestionar personas. De hecho, un buen líder siempre deja admiración en todo lo que gestiona, mientras que un mal jefe deja claro el camino y la imagen de lo que nadie quiere ser.

Y, aunque no siempre es fácil convertirse en un buen líder, lo cierto es que está al alcance de cualquier persona, según explica Patricia Ramírez, psicóloga deportiva afincada en Zaragoza y autora del libro "Así lideras, así compites. Todo lo que necesitas saber para sacar lo mejor de tu gente", a elEconomista.es

1. Conducta

En primer lugar, toda persona para conseguir liderar tiene que convertirse en un modelo de conducta porque se trata de ser ejemplar con aquello que se espera del grupo como, por ejemplo, trabajo, esfuerzo, compromiso o lealtad. No obstante, hay que tener en cuenta que los valores es lo más difícil de modificar por lo que, si el líder no es un buen ejemplo de ellos, difícilmente se conseguirá que el equipo de trabajadores los represente. Además, nunca hay que olvidarse de practicar esos valores para que no desaparezcan.

2. Pasión

A la hora de seleccionar los equipos es también importante realizar el proceso selectivo en función de parámetros como la formación y la experiencia, pero sin olvidarse de la pasión por lo que hacen y que posean esos valores que se buscan, que nunca deben menospreciarse y que es aconsejable que se prediquen de forma continuada en la empresa.

3. Comunicación

Uno de los fallos más habituales para liderar y gestionar bien los equipos es la comunicación. Habitualmente, se tiende a pensar que comunicar es hablar mucho. No es así. La clave de la comunicación no es otra que el entendimiento. Y, para que el líder sea entendido por el resto de personas, se debe cultivar el respecto, la paciencia y la empatía.

También se tiene que cuidar la comunicación verbal y no verbal, puesto que no solo importa lo que se dice, sino cómo se dice. No hay que olvidarse de hablar de forma clara, concisa y sencilla para que el equipo pueda seguir esos mensajes y no se malinterpreten, evitando las ironías, preguntas metafóricas o la crítica sin sentido.

4. Valorar

Es muy importante tener presente que es mejor valorar que criticar. Las personas aprenden mejor cuando se les transmite seguridad, entendida ésta como la capacidad que tienen las personas de verse capaces de enfrentarse al proyecto. Es vital que sean conscientes de sus recursos y que puedan trabajar en un ambiente que fomente la autonomía y la creatividad.

También ayuda a sentirse seguro valorar más la iniciativa que los errores porque a nadie le gusta sentirse criticado al más mínimo fallo. Hay que tener en cuenta que si el líder es poco flexible, pretende que todo el mundo siga su ritmo y se enfada siempre que las cosas no son como desea, se terminará con un equipo poco creativo y que se quedará en la zona de confort. Para tener un equipo valiente, hay que saber valorar los errores como una fuente de aprendizaje.

5. Aprender

Un líder también tiene que aprender, puesto que tiene que convertirse en el líder que el equipo necesita y no en el que quiere uno llegar a ser. Esto requiere de un aprendizaje continuo.

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