
Explorar nuevos nichos de mercado, aprovechar recursos locales o dar respuesta a necesidades específicas son las principales causas para dejar la ciudad o quedarse en la localidad natal.
El medio rural se ha convertido en un nicho importante de oportunidades para emprender y desarrollar un proyecto vital. Una conjunción que está atrayendo a los jóvenes que ven en los pueblos una buena opción para trabajar en el área de actividad en la que se han formado sin tener que dejar su localidad natal o bien poner en marcha nuevos negocios para cubrir "huecos" en el mercado, al mismo tiempo que crecen personal y familiarmente.
Es la línea que sigue Cultivos Manuel Dieste Sociedad Cooperativa, que operará en el mercado bajo la marca comercial Setas de Luna con el fin de introducir en el mercado setas de cardo coreano, de ostra o de chopo ecológicas. Este proyecto "encaja con nuestra filosofía y no hay producción de setas ecológicas en Aragón. No se está ofertando este producto", explica Loli Dieste, impulsora de esta iniciativa empresarial junto con Pablo Manuel Carrera, a elEconomista
Los dos emprendedores van a llevar a cabo esta actividad en una nave en la localidad zaragozana de Luna que, anteriormente, estaba destinada a otro uso y que ahora van a recuperar, adecuando su espacio a este cultivo. La previsión es alcanzar una producción de alrededor de 100 kilos al mes, pero con el objetivo puesto en los 8.000 ó 10.000 kilos en el plazo de dos o tres años. Esta producción se comercializará principalmente en fruterías y supermercados ecológicos, así como en establecimientos gourmet. Más a largo plazo, se contempla la entrada en cadenas de supermercados.
La idea de negocio, además de cubrir un hueco existente en el mercado, también permite aunar a los dos emprendedores afición y familia. A ambos les gusta recoger setas, pero sus trayectorias profesionales se han desarrollado en las áreas de calidad y medioambiente y comunicación y marketing. "Hemos hecho cursos de cultivo de setas y también hemos participado en el programa de emprendimiento agroalimentario del Instituto Aragonés de Fomento. Durante un año y medio, hemos hecho pruebas de cultivo doméstico y hemos tenido producción para nosotros, amigos o familiares. Ahora, nos falta dar el salto a producir a escala", añade Loli Dieste.
El objetivo de poner en marcha Setas de Luna no es solo empresarial. Los dos emprendedores ya llevaban tiempo pensando en dejar la ciudad de Zaragoza para instalarse en Luna. "El confinamiento por la covid-19 ha sido el detonante para dejar la ciudad. Más que un cambio es una evolución y, ahora con la niña pequeña todavía más porque en el pueblo tienen una vida más libre y pueden jugar en la calle", explica Loli Dieste. Además, la elección de Luna no ha sido casual. Su padre es de esta localidad y tienen familia en la comarca de las Cinco Villas. "Es un pueblo grande con servicios".
Emprender sin dejar el hogar
Otras iniciativas que se están poniendo en marcha en el medio rural no responden a un cambio de residencia. Javier Comín no quiere dejar la localidad turolense de Alloza por lo que ha optado por emprender con su proyecto AERIPES Drones, que se basa en la toma de datos con drones para la agricultura de precisión, topografía o ingeniería civil.
Esta idea se gestó "por curiosidad", afirma el emprendedor, quien señala que se puso a pensar en cómo se podían ahorrar insumos en el campo, por ejemplo, en fertilizantes y agua. Alloza es una zona de cultivos de cereales de invierno, frutales, olivos, almendros y viñas por lo que su iniciativa empresarial permitirá dar servicios a esta localidad e, inicialmente, a un radio de 50 kilómetros. Comín estudio la FP Básica y Superior de Agricultura, además de formarse en drones.
La previsión es empezar ya a operar esta primavera, aunque todo dependerá de la finalización de los trámites administrativos. Si los plazos previstos se cumplen, en los próximos meses comenzará a realizar los primeros vuelos y poner en valor las imágenes captadas. En el ejercicio de su actividad no descarta tener que recurrir a la colaboración de otros profesionales como ingenieros para ir a pie de campo y tomar las mejores decisiones de cara a establecer el calendario de riego o la fertilización selectiva, entre otras opciones, para dar un servicio más completo.
Aprovechando recursos ya existentes
La actividad que ya se viene desarrollando en una localidad o comarca concreta también es fuente de inspiración para nuevos proyectos empresariales. Es el caso de Monegros Visual Lab, que nace de la experiencia previa de Laura Sipán -directora, guionista, operadora de cámara y fotógrafa-, en el campo audiovisual y sus trabajos previos en la comarca de Los Monegros. Una trayectoria profesional durante la que coincidió con el documentalista Costis Mitsotakis. Ambos se han unido en esta iniciativa empresarial que nace en la localidad oscense de Sodeto para realizar creaciones audiovisuales.
La emprendedora compagina en la actualidad su actividad profesional con la puesta en marcha de Monegros Visual Lab, proyecto este último con el que se pretende aprovechar los rodajes audiovisuales que se realizan en esta zona y poner en marcha un estudio. También se baraja actualizar el material y equipos audiovisuales con los que ya trabajan para ofrecerlos as a service, ya que es una oferta inexistente en la zona y en la comunidad aragonesa, entre otros pilares de esta iniciativa.
La elección de Sodeto también responde a un proyecto personal. Laura Sipán, nació en Zaragoza pero Madrid ha sido su base central de trabajo, teniendo que viajar de forma continuada por motivos profesionales. La reciente maternidad hizo que la emprendedora se plantease instalarse en este pueblo. "No vine gratuitamente. Ya conocía gente, tenía amigos y una base para proyectos profesionales", afirma Laura Sipán, quien añade que "quiero vivir la maternidad con plenitud y voy más despacio". Además, valora muy positivamente los recursos que tiene en esta localidad y zona aragonesa como la red comarcal para niños de cero a tres años.
Apoyo para emprender
Estos tres proyectos emprendedores han sido premiados en la primera edición del Programa Emprende Rural dentro de la que han participado un total de 25 iniciativas dinamizadoras. De ellas, 11 procedían de Huesca, 10 de Zaragoza y cuatro de Teruel. Esta iniciativa está desarrollada por Caja Rural de Aragón junto con Embou (Grupo Masmovil), entidades que pondrán en marcha la segunda edición el próximo mes de octubre. El objetivo es premiar las nuevas propuestas, generación de empleo y fijación de población en el medio rural y, en concreto, en localidades de menos de 2.000 habitantes en la comunidad aragonesa. Los premiados reciben una aportación económica. Además, el primer premio también está dotado con Internet gratis con la empresa de comunicaciones, así como con mentorización financiera con la caja rural aragonesa durante un año.