
La miel de alfalfa se está vendiendo en la actualidad como miel milflores en lugar de monofloral, lo que dificulta su conocimiento y la valoración de sus propiedades. Una situación que también afecta a los apicultores porque venden su producto a un precio inferior.
En el mercado se puede encontrar dos tipos de mieles claramente diferenciadas. Una es la mil flores y la otra clase son las monoflorales. Un grupo dentro del que podría entrar la miel de alfalfa, pero que en realidad se comercializa como miel milflores.
Una situación que propicia que haya un alto desconocimiento sobre este tipo de producto, aparte de redundar de forma negativa en la renta del apicultor porque lo vende a un precio inferior al que le correspondería.
Con el fin de acabar con esta situación, en la comunidad aragonesa se ha constituido el nuevo Grupo de Cooperación Alfa Miel, que tiene por fin la caracterización y la puesta en valor de la miel de alfalfa como producto genuino en Aragón. Una valoración en la que se quiere aprovechar la importancia de este cultivo en la comunidad aragonesa, que es líder en producción en España, y que también puede tener un impacto importante en la apicultura.
Un mayor peso que se produce porque, en años secos, la miel de alfalfa es la más abundante y, en algunas ocasiones, la única. Prueba de ello es que, en años como 2017, ha llegado a suponer el 75% de la producción apícola en Aragón.
De hecho, este proyecto, que se prolongará hasta el año 2022, se centrará en aprovechar el cultivo de la alfalfa para fomentar la producción y el consumo de este tipo de miel monovarietal elaborada con la alfalfa de Aragón, caracterizándola y diseñado un etiquetado y envasado que permite su identificación por parte del consumidor. Pero también se trabajará en otros objetivos como poner en valor el cultivo de la alfalfa como fuente de biodiversidad.
La miel se alfalfa se caracteriza por un color ambar claro o extraclaro, un aroma intenso y un sabor fuerte. Es ideal, por ejemplo, para mantener la textura adecuada de alimentos sólidos, postres, bizcochos, turrones, pasteles y edulcorar bebidas como leche o licores.
La iniciativa cuenta con la colaboración efectiva de dos entidades beneficiarias. Una de ellas es ARNA (Agrupación Apícola. Agrupación de defensa sanitaria apícola), mientras que la otra es la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa (AEFA). Además, se cuenta también con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la Universidad de Zaragoza.
La coordinación de este proyecto, que se enmarca en la Medida 16 del Plan de Desarrollo Rural 2014-2020 para Aragón, permitirá compartir recursos y mejorar las experiencias actuales, además de combatir las debilidades y amenazas.
Aparte, se podrán aprovechar las oportunidades del sector apícola de Aragón con este cultivo en la comunidad, que suma 89.000 hectáreas y más de 9.000 agricultores. En la comunidad aragonesa, la alfalfa es un cultivo básicamente de regadío. Alrededor del 83% se cultiva en regadío, mientras que el 17% restante es secano.
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