Los profesores reconocen tener problemas para impartir docencia a distancia por la falta de recursos tanto del personal docente como del alumnado, además de afirmar que no han recibido la formación tecnológica suficiente por parte de la administración para poder hacer frente a esta situación surgida a raíz de la Covid-19.
Son problemas que ponen de manifiesto la mayoría del personal docente de la comunidad aragonesa que, sobre todo, aluden a esa falta de formación tecnológica, que es apuntada por el 66% de los 1.000 profesionales que han participado en la encuesta realizada por la Federación de Enseñanza de CCOO Aragón para conocer la situación laboral generada con la docencia a distancia en todos los niveles educativos, abarcando desde Infantil, Primaria, Secundaria, Formación Profesional y Enseñanzas de Régimen Especial.
La falta de formación no es la única dificultad en relación con la tecnología. También el 30% del personal docente señala que tiene problemas tecnológicos para desarrollar su labor docente a distancia.
Una situación a la que se añade el hecho de tener que utilizar sus propios recursos tecnológicos para realizar la labor, como por ejemplo el ordenador o la conexión a Internet.
Además, más del 20% de los encuestados tiene que compartir con otro miembro de la familia, limitando la disponibilidad de los recursos para desarrollar su labor. Incluso, en algunos casos, apuntan la compra de equipos informáticos nuevos para utilizar las herramientas online necesarias para dar la clase a distancia.
La actividad docente se complica aún más para un 5% de los encuestados al afirmar que tienen mal acceso a Internet o bien deben utilizar datos móviles, sobre todo, en aquellos casos en los que están en el medio rural. A todo ello hay que sumar que algunas plataformas formativas se colapsan.
Los problemas tecnológicos no solo afectan a los docentes. El alumnado no es ajeno. El 45% de los encuestados considera que la situación digital de sus estudiantes no es la idónea para llevar a cabo la docencia online con normalidad. Además, es más difícil proporcionar una atención personalizada a los estudiantes.
El confinamiento también ha supuesto para los docentes una mayor carga de trabajo -lo reconoce el 50%-, en comparación con la docencia presencial, destacando a su vez la mayor burocracia a la que están sometidos. Además, el 15% afirma que tiene dificultades para desarrollar el trabajo al tener personas dependientes a su cargo.
En cuanto al curso académico actual, el 46% aboga por adaptar los cursos posteriores para paliar los efectos del período de confinamiento en el desarrollo y adquisición de materia no impartida. Un 24% apunta la posibilidad de reducir el currículo y no impartir materia nueva mientras no se retomen las clases presenciales.
Ante los resultados de esta encuesta, desde CCOO Aragón han puesto en valor el papel de los docentes y su adaptación a la situación actual, aunque consideran que tanto el profesorado como el personal de administración y servicios debe recibir medios tecnológicos y materiales y la formación para desarrollar su labor con calidad, equidad e inclusividad, entre otras medidas necesarias.