
El Plan de Formación e Inserción Juvenil de Aragón (Plan FIJA) ha gestionado más de 3.600 ofertas de empleo, que han permitido la contratación de 3.692 jóvenes desde el año 1999. Cada año, se formalizan una media de 290 contratos, mientras sigue creciendo el número de jóvenes y de empresas que se interesan por este programa de empleo juvenil y FP Dual.
El Plan FIJA se ha convertido en una herramienta útil para conseguir la inserción laboral de los jóvenes menores de 30 años en situación de desempleo (con independencia de su nivel formativo y experiencia laboral previa) y que quieren acceder al mercado de trabajo. Desde su puesta en marcha a través de un acuerdo entre el INAEM y los agentes sociales (CEOE Aragón es la entidad coordinadora) y con financiación del Gobierno de Aragón, se ha venido trabajando para insertar profesionalmente a este colectivo de jóvenes en la comunidad aragonesa.
Los resultados de la actividad del Plan FIJA quedan reflejados en sus datos. Desde el año 1999 -fecha desde la que tiene continuidad-, se ha dado orientación a alrededor de 17.000 jóvenes inscritos, además de haber informado a alrededor de 11.500 empresas. Es una actividad que ha permitido gestionar más de 3.600 ofertas, facilitando la contratación de 3.692 jóvenes a diciembre de 2018.
Son datos que se han conseguido porque "se ha logrado un equilibrio entre lo que el mercado necesita y la cualificación de los jóvenes", ha explicado Ana Dehesa, coordinadora del Plan FIJA, programa cuya entidad coordinadora es CEOE Aragón, a elEconomista.es
Este programa permite así casar oferta y demanda laboral. "Hoy en día, hay desempleo en general y también paro juvenil, pero hay ofertas que no se cubren porque no hay perfiles cualificados".
En concreto, estos puestos de trabajo están relacionadas con empleos en el sector industrial o automoción o metal en general, así como con oficios tradicionales como calderero o electricista o bien para trabajar en áreas relacionadas con la hostelería, comercio, madera o peluquería y otros servicios diversos.
A diferencia de la FP Dual, que tiene una baja implantación en la comunidad aragonesa frente a otras autonomías como el País Vasco que son líderes en España por su modelo de beca de formación, el Plan Fija ha conseguido buenos resultados porque "nosotros somos un plan de inserción y la FP es un vehículo más".
Esto permite trabajar con los jóvenes para conocer su perfil profesional, competencias, habilidades... y diseñar un itinerario, que puede incluir formación, o el diseño del currículo o recursos para la búsqueda de empleo. "Se hace con ellos una labor de tutorización" y el contacto se mantiene una vez incorporados a la empresa para propiciar una adecuada relación laboral. Y, para el conseguir el éxito en la inserción, "la entrevista personal es clave para asignar el candidato a cada oferta de forma muy medida".
La mayoría de los jóvenes con los que se trabaja en el Plan FIJA tienen una edad comprendida entre los 20 y 24 años de edad (el 60%). Además, en torno al 60% son hombres frente al 40% de mujeres y la mayoría son de Zaragoza porque "ahora también hay menos paro en Huesca y Teruel y se nota. Aparte, Zaragoza tiene más población".
Cerca del 61% de los inscritos no tiene ningún estudio profesional terminado como la FP o la universidad o carece de certificados de profesionalidad. Sin embargo, a pesar de esta baja cualificación laboral, existen posibilidades de inserción porque se trabaja con los jóvenes para ver cómo pueden insertarse o bien se emplea la FP Dual en aquellos casos en los que se puede porque hay ocupaciones que no tienen esta posibilidad. "Si no es posible, se busca una oferta de empleo directamente porque hay ocupaciones que no requieren de formación profesional previa como, por ejemplo, almacenero. Otras veces, se les informa para participar en programas de formación".
Casi 300 contratos al año
El Plan FIJA firma de media cada año alrededor de 290 contratos, de los que la mayoría son iniciales (en torno a 220), mientras que el resto son prórrogas porque existen posibilidades reales de que los jóvenes se incorporen a la empresa. Desde 1999, el 86% de los contratos son de formación y aprendizaje, el 10% contratos en prácticas y el 4% restante corresponden a otras modalidades.
En general, "se comienza con un contrato de formación o prácticas (aunque alguno es indefinido desde el principio) y, al finalizar, el 81% se queda indefinido en la empresa. Es un porcentaje que se consigue por la vocación de las ofertas que se manejan en el Plan FIJA", cuyo sistema de funcionamiento es diferente al de otros programas de empleo o a la actividad que desarrollan las empresas de trabajo temporal.
"Nuestras ofertas tienen vocación de permanencia tanto en los trabajadores como en la empresa". Precisamente, el tejido empresarial tiene un papel "protagonista, como los jóvenes, porque ofrecen el contrato y el puesto de trabajo. Hacemos mucha labor de difusión y de traducir lo que la empresa quiere y para conocer las competencias que necesitan sus trabajadores".
El número de empresas participantes sigue creciendo cada año y ya se ha informado a más de 13.000 compañías. "Realizamos cada año contactos no solo telefónicamente, sino también visitas a empresas" de cualquier sector de actividad porque cualquiera de ellas puede acudir al Plan FIJA. "Tan importante es la empresa fidelizada como la nueva que se ha apoyado por primera vez".
Más orientación educativa
A pesar de los buenos datos conseguidos en la inserción laboral, la coordinadora del Plan FIJA considera necesarias realizar una serie de mejoras "que pueden ver o no con nuestro programa". Una de ellas es el tema de la orientación educativa porque los jóvenes desconocen las ocupaciones y las competencias de determinadas ocupaciones, lo que hace que su formación no sea siempre adecuada. Por ejemplo, a veces, "se opta por cursar estudios de comercio internacional, pero no se estudian idiomas y solo se habla español".
Además, sería necesario acercar más mundo educativo y empresa para que la formación responda a las necesidades del tejido empresarial y para que los jóvenes conozcan más sobre las compañías existentes porque hay un gran desconocimiento sobre el tejido empresarial vinculado con sus estudios (por ejemplo, empresas en las que buscar empleo).
Otra mejora es que el propio sistema educativo propicie que los jóvenes sean más activos porque, en general, el índice de motivación que se observa es bajo. "Se debe enfocar de otra manera para que los jóvenes estén más ilusionados y sean más proactivos".