
Sólo el 30% de las empresas familiares pasa de primera a segunda generación. No es el único problema al que se enfrentan estas compañías que suponen el 68,7% del PIB en Aragón y alrededor del 70% del empleo de la comunidad.
Son solo algunos de los datos que ponen de manifiesto la importancia de la empresa familiar en la comunidad aragonesa, que "muchas veces pasan desapercibidas", según ha explicado Jorge Esteban, gerente de AEFA, durante la presentación de la I edición del Premio a la Empresa Familiar de Aragón, que está asociación impulsa en colaboración con el Instituto Aragonés de Fomento (IAF).
Una escasa visibilidad en muchas ocasiones que se produce a pesar de que muchas de ellas son pioneras en innovación. Es, además, una situación que se acompaña de las dificultades propias que tienen estas empresas para pasar de la primera generación, siendo el relevo generacional uno de los hitos más complejos a los que deben enfrentarse.
Y, una prueba de ello, es que solo el 30% pasa de primera a segunda generación. La situación todavía se complica más cuando se habla de pasar a tercera, cuarta generación... porque ya pueden tener papel no solo los hermanos o hijos, sino primos... y "las cosas se complican". Además, hay "empresas en la que en el relevo no ha habido entendimiento o simplemente no han podido continuar su trayectoria. Hay que transmitir las buenas prácticas" de compañías que sí que lo han conseguido como, por ejemplo, puede ser Saica.
Es necesario "velar por seguir manteniendo las empresas aragonesas y que puedan se puedan nutrir de jóvenes" para que desarrollen su actividad, incidiendo así en la importancia de que Aragón capte y atraiga talento.
"La sucesión en la empresa familiar tiene más que preocupar, ocupar", ha añadido Jorge Esteban, quien también ha aludido a la importancia del Impuesto de Sucesiones que, en el caso de Aragón, tiene bonificaciones que muchas empresas desconocen.
"Tenemos que informar" con el fin de que las empresas valoren estas bonificaciones cuando sopesan el cambio de domicilio social a otras autonomías en las que hay una presión fiscal más baja. No hay que olvidar que por cada empleo directo que se genera se crean siete y viceversa: por cada empleo directo destruido, se pierden siete.
A pesar de las bonificaciones, en materia impositiva también favorecía a la empresa familiar que Aragón se encontrase dentro de las comunidades con una presión media-baja dentro del mapa de desigualdad tributaria existente en España porque, a pesar de la reforma introducida en el Impuesto de Sucesiones y de la mejora que supone, Aragón sigue estando entre las cinco autonomías que se sitúan por encima de la media española.
Precisamente, esta mayor presión fiscal puede ser una de las causas por las que Aragón no ha conseguido atraer más empresas procedentes de Cataluña, dentro del contexto de independencia catalana.
"Tenemos que hacer un impulso para que vengan más empresas", evitando así que se marchen también de Aragón. Una comunidad que presenta una diferencia negativa entre las empresas que salen y entran. "Vamos a frenar eso porque no podemos perder empresas, que se paguen impuestos y se genere riqueza porque los perjudicados somos todos".