
La multinacional First Quantum terminará en 2021 de explotar el yacimiento de cobre a cielo abierto y abrirá una mina subterránea de zinc, plomo y plata
Era una de las noticias más esperadas desde hace algún tiempo en Sevilla y la confirmó la pasada semana el nuevo consejero dejegado de Cobre Las Cruces, Iain Anderson: la multinacional First Quantum, propietaria de esta mina -considerada el mayor yacimiento de cobre a cielo abierto de Europa- tendrá una segunda vida que prolongará su actividad hasta el año 2034.
El directivo australiano, que ha llegado procedente de la gestión de otra explotación en Turquía para hacerse cargo de este proyecto, explicó que la empresa invertirá en torno a 400 millones de euros para ampliar el actual yacimiento, cuya actividad expiraba en 2021, tras una inversión de más de 1.000 millones de euros -la mayor en la provincia de Sevilla- y tras extraer más de 70.000 toneladas de cobre anuales.
Curiosamente, una de las señas de identidad de esta mina era la calidad del cobre extraído, uno de los escasos productores en el mundo que certifica una pureza del 99,999 por ciento. Sin embargo, la nueva explotación se va a basar en un nuevo cuerpo mineral de sulfuros primarios polimetálicos, que es una mezcla de cobre, zinc, plomo y hasta plata, cuya explotación resultaba excasamente rentable. La firma lleva años investigando la posibilidad de tratar las bolsas subterráneas de esos minerales que se conocía que existían bajo el actual yacimiento. La falta de la tecnología adecuada había pospuesto siempre esa posibilidad.
Frente a ello, Cobre Las Cruces ha invertido en los últimos años más de 6 millones de euros en I+D+i para desarrollar una planta piloto en la que finalmente han conseguido separar esos minerales para tratarlos. Las previsiones de la compañía sobre las nuevas reservas de minerales que pueden extraerse en el nuevo yacimiento bajo tierra son de unas 300.000 toneladas de cobre, 585.000 de zinc, 315.000 de plomo y hasta 600 toneladas de plata.
La nueva explotación no sólo cambiará de minerales, del cobre a los polimetálicos, sino también de tipo de extracción, pasando del yacimiento a cielo abierto a una mina subterránea -cuya actividad prevé subcontratar para centrarse en el tratamiento de los metales-. Según la empresa, el mineral a extraer se encuentra a unos 200 metros de profundidad desde la finalización de la corta actual.
La ampliación de las instalaciones de la compañía generará 600 puestos de trabajo durante su construcción, y la nueva actividad minera permitirá mantener e incluso aumentar algo el empleo actual, que se sitúa en torno a 900 personas, de los que 275 son directos y otros 581 puestos indirectos, la mayoría de la comarca situada entre Guillena, Gerena y Salteras, donde la mina mantiene relación comercial con 547 empresas proveedoras.
El nuevo consejero delegado explicó que a finales del próximo mes de abril comenzarán todos los trámites administrativos previstos para poder poner en marcha la nueva explotación en 2021, lo que incluye permisos mediambientales, mineros, hidrográficos y municipales. No obstante, Iain Anderson se mostró optimista tras las diversas reuniones institucionales que ha mantenido, especialmente con la Junta de Andalucía y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), y confió en que todos estos trámites burocráticos puedan solucionarse en un perídodo de tiempo entre 12 y 18 meses, con lo que estarían para 2020.
Para ello, apeló a la experiencia de los últimos años -la apertura de la mina requirió una década de espera administrativa- y también a la voluntad política existente en estos momentos de crisis por las Administraciones Públicas de facilitar la inversión privada. Por su parte, también admitió los "errores" cometidos por Cobre Las Cruces en años anteriores, en referencia a la condena por contaminar un acuífero y por los daños generados en la extracción de agua. En ese sentido, reconoció que "no fuimos capaces de hacer buenas predicciones del agua que íbamos a necesitar" y además se dieron "bastantes malentendidos entre la Administración y la empresa". No obstante, destacó que "hemos aprendido de los errores del pasado" y subrayó que su propósito es ser "absolutamente transparentes y abiertos en lo que hagamos a futuro". Por otra parte, confió en convencer a la compañía para llevar a cabo la inversión total, que financiaría con recursos propios en la medida de sus posibilidades.
Cobre Las Cruces cerró el ejercicio 2017 con un volumen de producción de 73.664 toneladas de cobre y un volumen de facturación de 410 millones de euros, un 27 por ciento más que los 323 que cosechó al cierre de 2016, en un año en el que el precio medio del cobre se situó en los 6.478 dólares la tonelada.