La apuesta del municipio malagueño de Estepona por embellecer su casco histórico a través del proyecto "Jardín de la Costa del Sol" está generando una serie de descubrimientos arqueológicos que ponen de manifiesto que bajo la ciudad actual existen restos de una villa romana y de una medina árabe.
El último de los hallazgos, ubicado en un solar privado del centro de la ciudad, alberga un horno árabe de siglo XIII que ha sido catalogado como el mejor conservado de la ciudad hasta la fecha.
Además, en los alrededores se han encontrado otros cuatro hornos de similares características aunque peor conservados, unos restos que evidencian que Estepona poseía, al menos, dos barrios alfareros industriales dedicados a la producción y exportación de cerámica.
En estas últimas excavaciones se han encontrado también numerosas monedas, objetos de bronce y restos de cerámica de origen árabe y romano, así como un pequeño fragmento de cerámica fenicia del siglo V a.C que se ha convertido en el resto arqueológico más antiguo hallado en el municipio.
Según explica a elEconomista Andalucía el arquitecto municipal Ildefonso Navarro, Estepona a diferencia de otras ciudades malagueñas como Ronda o Antequera no cuenta con un pasado histórico muy visible debido a que la ciudad fue arrasada en 1.460 por los cristianos, por lo que estos hallazgos tienen especial importancia para conocer la historia antigua del municipio que cuenta con un notable pasado romano y árabe.
El pasado año durante las obras de construcción del futuro hotel Maravilla Palace, en pleno centro de la ciudad, aparecieron los restos de una tenería árabe del siglo XII que al parecer se dedicaba al curtido de pieles y cuero. El buen estado en el que se encontraban las ha convertido en una de las más importantes de la península ibérica.
La singularidad del hallazgo ha hecho que el propietario del establecimiento se replantee el proyecto y sobre los restos, que han aparecido donde se ubicará el restaurante del hotel, van a colocar un suelo de cristal que permitirá contemplarlos.
El arqueólogo indica que con estas investigaciones, que se realizan antes de comenzar cualquier construcción, se ha logrado demostrar que debajo de la ciudad están los restos de una villa romana con cierta importancia económica, que posiblemente se dedicaba a las salazones de pescado y que contaba con varias dependencias lujosas.
Además, se ha evidenciado que antes de eso, en época árabe, Estepona era una importante medina amurallada con edificios públicos y privados, un mercado en la zona de la playa, curtidurías, un barrio alfarero con cinco hornos y varios cementerios.
"Estas investigaciones nos sitúan como uno de los municipios que más se preocupan por su pasado", asegura el experto.
Futuro de los hallazgos
El futuro de estos hallazgos depende principalmente del propietario del terreno en el que se encuentran y de la zona donde se ubican y aunque todos siguen los parámetros de conservación que marca la Junta de Andalucía, unos son tapados y otros se dejan a la vista. Este es el caso de los restos de una torre octogonal de época romana encontrados en calle Villa, que al tratarse de una vía peatonal permitió que quedaran al aire libre creando un espacio histórico del que disfrutan los vecinos y los miles de turistas que llegan cada año a la ciudad.
"Las obras de regeneración y embellecimiento del casco urbano a través del proyecto Estepona, Jardín de la Costa del Sol, además del impulso turístico y comercial que ha supuesto para la ciudad, está sacando a la luz la historia de la ciudad, lo que nos permite poner en valor también nuestro patrimonio histórico y arqueológico, ya que todas las piezas halladas en éstos y otros trabajos pasan a formar parte del Museo Arqueológico Municipal y podrán ser conocidas por los ciudadanos", señala el alcalde del municipio José María García Urbano.
En este sentido, el regidor señala que las obras de remodelación que se han llevado a cabo en la ciudad sobre una superficie de 14 kilómetros de vías, han contado con labores arqueológicas previas con el objeto de preservar y poner en valor el patrimonio que atesora la localidad; de forma que estos restos se han integrado en la imagen final las vías para que los ciudadanos puedan contemplar este patrimonio.