
La presentación de su candidatura a la Secretaría General de PSOE pone en marcha las quinelas en la Junta de Andalucía, mientras el PP se prepara para un posible adelanto electoral
La consigna tanto en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, como en la calle San Vicente, sede del PSOE andaluz, es evitar alimentar ningún debate interno en torno a la posible salida de Susana Díaz y su sucesión. Nadie quiere abrir públicamente el melón y quien lo haga será castigado por el aparato del partido por dar argumentos a la oposición.
Pero lo cierto es que en cualquier corrillo político se hacen cábalas sobre la incidencia que tendrá en la política regional el paso dado por Susana Díaz al presentar su candidatura a la Secretaría General del PSOE a las primarias, en las que se enfrentará en mayo a Pedro Sánchez, su cada vez más temido rival, y a Patxi López.
Si se produce su victoria, que muchos dan por hecha a pesar de que no será ni mucho menos por aclamación como tenía planeada hace meses, será el momento oficial de abrir el debate sobre la compatibilidad de su cargo orgánico como líder nacional PSOE y su cargo institucional como presidenta de la mayor comunidad autónoma española.
Hasta el momento, su entorno deja claro que compatibilizaría Ferraz y San Telmo el mayor tiempo posible. El motivo es claro. Susana Díaz no es Diputada en el Congreso, donde no podría marcar la oposición, que Podemos intenta monopolizar aprovechando esta situación. Sin embargo, la Presidencia de la Junta de Andalucía sí le permite tener un gran altavoz para participar en todos los debates nacionales y marcar la agenda de oposición frente a Mariano Rajoy. La estrategia de la confrontación de la Junta con el Gobierno central es una vieja conocida de los andaluces, especialmente en la etapa de Manuel Chaves y José María Aznar.
Así pues, la estrategia de Díaz pasaría por mantenerse en el cargo hasta la primavera de 2019. Sin embargo, son muchos los factores que pueden trastocar esos planes, como la presión de la oposición -el PSOE gobierna en minoría en Andalucía- y, especialmente, un adelanto electoral a nivel nacional.
De momento, Mariano Rajoy está facilitando el ascenso de Susana Díaz para evitar la vuelta de Pedro Sánchez. Uno de los gestos más claros ha sido permitir, sólo en Andalucía, que la Junta le haya devuelto las 35 horas semanales a los funcionarios, medida que el Gobierno ha recurrido ante el Tribunal Constitucional en varias comunidades. El líder popular también va a evitar presionar al PSOE en el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, consciente de que daría alas a los partidarios de Pedro Sánchez, que acusan a la gestora socialista y a Susana Díaz de plegarse a los intereses de la derecha.
Sin embargo, una vez que la política sevillana se haga con su despacho en Ferraz son muchas las cosas que pueden cambiar en la estrategia popular y la presidenta de la Junta deber tener todos los escenarios preparados.
Jiménez Barrios, posible relevo
En el caso de tener que presentarse como candidata a la Presidencia del Gobierno, podría dejar la Junta de Andalucía en manos de su vicepresidente, el veterano Manuel Jiménez Barrios, que ya lleva prácticamente en estos momentos las riendas de la Administración regional.
Este político gaditano de 60 años ha sido presidente en funciones los meses que Díaz cogió su baja maternal y cuenta con el beneplácito de Ciudadanos, el partido que apoya al PSOE en el Parlamento, aunque su líder regional, Juan Marín, ya ha advertido que la salida de Susana Díaz del Gobierno andaluz requeriría un nuevo pacto político distinto al acordado hace dos años.
No es la única advertencia que hacen desde la formación liderada por Albert Rivera. Y es que Ciudadanos no oculta que dejará gobernar al partido más votado en unas nuevas elecciones autonómicas. Ese anuncio tiene una especial importancia en un momento en el que diferentes encuestas dan un empate técnico entre PSOE y PP en Andalucía, lo que ha dado alas a los populares que ven posibilidades reales por primera vez en 36 años de Gobernar esta región.
Con todas estas variables, desde el Palacio de San Telmo temen que la salida de Susana Díaz coincida con la trágica pérdida de la Junta. Frente a ello, otra de las claves del futuro inmediato será el nombramiento de un nuevo secretario regional socialista que incluso pueda tomar las riendas del Gobierno andaluz en un futuro. Entre los mejor situados se encuentra el onubense Mario Jiménez, actual portavoz de la gestora, aunque también se habla del presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes.