El Málaga se ha clasificado para la fase final de la Champions League por primera vez en su historia. Sin embargo, los héroes de la gesta tienen problemas con el jeque Abdullah ben Naser Al-Thani. El dueño del club, miembro de la familia real catarí, no paga la nómina de los jugadores porque, al parecer, no está familiarizado con las costumbres españolas. ¡Qué cara más dura tiene este hombre!
El pobre Al-Thani ha formado un equipo a golpe de talonario. En su primer año se gastó 84.600.000 euros. Sólo el Paris Saint Germain, el Manchester City (ambos comprados también por jeques árabes), el Barcelona y la Juventus desembolsaron más dinero que él. Adquirió el 95 por ciento de las acciones por 36 millones de euros y ha destinado ya más de 180 millones de euros en dos temporadas. ¿Por qué ha dejado de invertir? ¿Por qué no paga a la plantilla, ni a los proveedores?
Algunos equipos como el Valencia, el Villarreal, el Osasuna o el River Plate le han denunciado por moroso. Su entorno asegura que ha liquidado el 30 por ciento de su deuda y se ha comprometido a pagar el otro 70 por ciento, pero la zozobra y la inquietud sigue instalada en el club. Estrellas como los holandeses Van Nistelrooy y Mathijsen, el internacional Santi Cazorla o el venezolano Salomón Rondón, se han marchado del equipo, desencantados con el proyecto y la informalidad del jeque.
Cazorla, en concreto, ha sido vendido, a pesar de la oposición del entrenador malaguista Manuel Pellegrini, al Arsenal por 16 millones, casi cuatro millones menos de lo que costó ficharlo.
Al-Thani guarda silencio y distancia. Nadie sabe si venderá el Málaga o si seguirá con sus proyectos en la Costa del Sol. La ampliación del puerto deportivo de la Bajandilla, adjudicada a una empresa del jeque catarí, está estimada en 84 millones de euros y permitirá su explotación durante 40 años.
De momento aparca sus problemas económicos gracias a la competición europea, que le supondrá una inyección económica de 8,6 millones.
Espectáculos y efectos de la clase política
