
El presidente de Emed Mining, la firma cotizada en Toronto que quiere reabrir el histórico yacimiento, asegura en la junta de accionistas celebrada en Huelva que las negociaciones con Rumbo y Zeitung "están progresando".
Ronnie Beevor, presidente de Emed Mining -la matriz de Emed Tartessus, empresa española que promueve la reapertura de la mina- ha lanzado un mensaje de optimismo sobre la puesta en producción de las milenarias minas de Riotinto. En la junta general de accionistas de la compañía celebrada en las propias instalaciones mineras, el directivo ha asegurado que a finales de este año esperan tener la luz verde para iniciar la puesta en marcha. Hasta ahora, la empresa ha invertido 50 millones en los últimos cinco años en todos los preparativos necesarios.
Pero lo más relevante de la intervención del presidente no ha sido ni su agradecimiento a la Junta de Andalucía por el trabajo realizado hasta la fecha -pese a la descoordinación y arbitrariedad seguida en la tramitación del expediente-, ni que insistiera en que Emed trabaja en un proyecto minero sostenible económica, ambiental y socialmente. Lo más relevante se refiere a la principal pega que tiene el proyecto para salir adelante: la partición del terreno que ocupan las tres balsas mineras y la imposibilidad de Emed de utilizarlas.
Estos activos son imprescindibles para reanudar la actividad y están en manos de otras dos empresas, además de la propia Emed: Rumbo 5.0 y Zeitung. Controladas por el militante del PSOE andaluz y empresario Severiano López, quien está coordinando su actuación en estos últimos cinco años con el anterior propietario de la mina Carlos Estévez, la relación entre Emed y esas empresas ha sido de un permanente tira y afloja. Ambas firman, que adquirieron los terrenos en la desastrosa -para el futuro de la mina- subasta realizada para que Agencia Tributaria pudiera cobrar sus deudas, piden hasta 60 millones de euros por esas balsas. En ellas se almacenan restos de la actividad minera que contienen minerales que pueden recuperarse, y que con el precio que alcanzan hoy en día justificarían el coste de su extracción de los residuos mineros.
Cambio de discurso
Emed amenazó en los últimos meses, según recogen los documentos en los que cerraba la financiación para la reapertura de la mina con la minera china XGC y el banco Goldman Sachs, a Rumbo y Zeitung con solicitar la expropiación de esas balsas una vez obtenga los derechos mineros por parte de la Junta. Sin embargo, Beevor aseguró ayer en la junta de accionistas: "las negociaciones comerciales con los propietarios de estos terrenos están progresando. Estamos trabajando duro para superar los problemas que hemos tenido en el pasado y asegurar una colaboración efectiva".
La concesión de esos derechos mineros, a su vez, depende de que el Gobierno andaluz dé el visto bueno a todos los aspectos técnicos, económicos, ambientales y sociales del proyecto de reapertura. El nombramiento de María José Asensio, hasta ahora delegada de la consejería de Economía en Huelva y perfecta conocedora de estas circunstancias, como nueva directora general de Industria, Energía y Minas de la Junta podría acelerar los trámites administrativos, quedando la solución a las balsas como único punto pendiente.
El cambio de discurso de Emed y el citado nombramiento son, cada una en su ámbito, buenas noticias cara a la reapertura.