
La constructora andaluza le reclama en la Corte Suprema de Nueva York su parte en el aval ejecutado por el Gobierno chileno tras rescindirse el contrato, y los beneficios perdidos a causa de ello.
La compañía constructora sevillana Azvi ha llevado a los tribunales a Scotiabank, asesor financiero habitual de la compañía en sus transacciones internacionales, por considerar que sus errores en la valoración económica para optar -al 50 por ciento junto a la constructora gallega Copasa- a una concesión en Chile valorada en 200 millones de euros fueron determinantes para que ambas firmas acabaran perdiendo el contrato que inicialmente se habían adjudicado. Tal y como adelantó en exclusiva elEconomista el pasado noviembre, el Gobierno chileno anuló la adjudicación que había realizado en noviembre de 2010 y ejecutó el aval de 7 millones de euros depositado por las dos empresas.
La causa de esa anulación fue la imposibilidad de Azvi y Copasa de constituir la sociedad que sería la concesionaria de la construcción y mantenimiento de un tramo de autovía de 190 kilómetros. El motivo de ello es que Scotiabank había cometido un error en los cálculos de la rentabilidad de la operación, que suponían que el margen esperado se reduciría casi un 30 por ciento respecto a las estimaciones con las que se trabajó para ofertar. Una equivocación que se sumó a la ajustada propuesta económica presentada. De hecho, las empresas españolas ganaron con una oferta de 265 millones de dólares (208 millones de euros al cambio de hoy), 50 millones de dólares menos que el presupuesto base de licitación del Ministerio chileno.
Ahora, Azvi reclama a The Bank of Nova Scotia y a Scotiabank Global Banking un mínimo 65,7 millones de euros (83,4 millones de dólares) por la mitad del aval perdido y los beneficios que dejó de percibir tras ver anulado el contrato. Copasa, por su parte, reclama otros 63 millones de euros, según avanza hoy el diario online chileno Economía y Negocios.